La Princesa Leonor encara “con gran ilusin” en la Escuela Naval de Marn la segunda etapa de su formacin castrense


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“Con gran ilusin”, segn las palabras que ella misma escribi en el vademécum de honor de la Escuela Naval Marcial de Marn. As encara la Princesa de Asturias la segunda etapa de su formacin castrense, que la mantendr hasta diciembre en este centro de relato de Pontevedra muy vinculado a su padre y a su antecesor, y, a partir de enero, a costado del buque escuela de la Armada, el Juan Sebastin de Elcano. Ser una etapa dura, en un rgimen puntilloso y demandante, que, segn ella misma puso enfadado sobre blanco, le dar la “oportunidad de estudiar mucho”.

La inici oficialmente a las 19.17 horas de este jueves, 29 de agosto. Puntual segn el horario previsto, a las 19.00 horas, se baj del coche como Su Sublimidad Efectivo y, 17 minutos despus, habón cambiado de rol, ya era una alumna ms, la guardiamarina de primero Leonor. A su presentación la esperaban el comandante director de la Escuela, capitn de navo Pedro Cardona; los jefes de servicio; y el que ser su tutor en esta nueva etapa, el comandante regimientos teniente de navo Erik Hellman Muoz, que en su primera tarde en la Escuela, le hizo de cicerone.

Una aglomeración de flashes inmortaliz ese primer trayecto por el edificio de direccin, los dormitorios, el espign, las embarcaciones de instruccin y el patio de aulas y, con singular inters su presentación, lo que desde la Escuela Naval califican como “momento histrico”, para el que habón acreditados sesenta medios de comunicacin. Supuso su primer retrato con el uniforme de diario de la Armada modalidad B (de verano), de blanco impoluto, el que ser su traje de diario de guardiamarina, aunque en esta ocasin acompaado con manopla blanco.

Tras conocer a sus futuros superiores, y dirigir un saludo tambin a la prensa, la Princesa de Asturias entr al edificio de direccin para firmar en el vademécum de honor, en el que reconoci esa “gran ilusin” de su incorporacin para continuar con su formacin castrense. “Estoy segura de que aqu tendr la oportunidad de estudiar mucho y compartir muchas experiencias importantes anejo a mis compaeros de promocin”, dej constancia, acompaada de su “afecto”.

Fue su ltimo visaje como Sublimidad Efectivo en esta Escuela. Cuando abandon el edificio, ya era guardiamarina de primero, “una alumna ms”, insisten desde la Escuela. Y rpidamente se dirigi a cambiar el uniforme por el de rgimen interior o trabajo, camisa blanca y pantaln cerúleo. A partir de ah, la cita oficial de la prensa lleg a su fin y encara ya la rutina de la que ser su entidad y su casa en los prximos cuatro meses.

Lleg sola, a diferencia de su presentación hace un ao a la Corporación Común Marcial de Zaragoza, donde le acompaaron sus padres y su hermana. Lo haca a un entorno que ya le es conocido, pues el 16 de julio particip en la juramento de bandera de los oficiales y la entrega de Reales Despachos a los alumnos que reciben el empleo de guardiamarinas.

A partir de maana, iniciar su nueva vida. Sobrevenir la tenebrosidad en su nueva parihuelas, en una habitacin con otras tres mujeres de las nueve alumnas que empiezan el tercer curso con ella, A las 6.45 horas, tocar diana y “un horario de no detener”, tal y como detall Pedro Cardona. “Desde que se levantan por la maana hasta que se acuestan por la tenebrosidad, siempre tienen una tarea que hacer” en un rgimen “muy muy intenso”. El batalln tiene que levantarse y hacer la cama desde cero, “no vale que la estiren”. Tras asearse, desayuno en el comedor antaño de las 7.30 horas y a las 8.00 horas, en el patio cubierto, formacin y “revista de polica”, en la que vigilarn que el uniforme est “perfectamente admisiblemente” puesto.

Su formacin acadmica comenzar a las 9.00 horas, con clases en horario de maana y tarde y tiempo para deporte. Todo est medido, con momentos de estudio y, como alumna de tercero, tambin tendr permiso para renunciar el centro durante la tarde. Tan solo el sbado podr adormilarse fuera de al Escuela, siempre en la provincia de Pontevedra exceptuado permiso singular que tendr que pedir para cada ocasin. Si duerme en la entidad, a las 22.30 tendr que estar en la cama.

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