asesino en serie y clon de James Dean


“Cogí el cuchillo que tenía la anciana… empecé a caminar cerca de el dormitorio… y la pupila seguía gritando, y le dije que se callara, y empecé a caminar de nuevo, y me di la reverso y le lancé el cuchillo de cocina que tenía… dijeron que le había hexaedro en la cañón, pero yo pensé que le había hexaedro en el pecho… seguí cerca de el dormitorio. El Sr. Bartlett se movía, así que intenté apuñalarlo en la cañón, pero el cuchillo no entraba, y simplemente golpeé la parte superior con la mano, y entró”.

Las palabras de aquel adolescente, peinado a lo James Dean y que casi parecía un clon del mismísimo actor de Hollywood, dejaron muda a la sala de vistas durante el madurez. Nadie podía imaginar que aquel muchacho, al más puro estilo Indisciplinado sin causa, era uno de los asesinos en serie más peligrosos de los Estados Unidos con una de las matanzas más cruentas que se recuerdan en escasamente cuatro semanas.

De víctima a victimario

Charles Raymond Starkweather nació el 24 de noviembre de 1938 en Lincoln (Nebraska), en el seno de una clan de clase media cuyo padre, carpintero de profesión, luchaba contra una artritis reumatoide paralizante que le impedía trabajar, y cuya principio, suplía las bajas de su marido trabajando como camarera. Es sostener, su vida era de lo más corriente.

Sin confiscación, algunos defectos congénitos le hicieron ser el centro de todas las mofas durante la etapa escolar. Charles era patizambo, esto es, tenía las piernas arqueadas, por otra parte, era tartamudo y miope: el cóctel valentísimo para los abusones que veían en él a la presa perfecta. Por ese motivo, desde muy pequeño se esforzó en hacer deporte y en destacar en clase de deporte. Aquella era su forma de canalizar toda su furor y frustración.

Charles Starkweather, asesino en serie

Charles Starkweather, perverso en serie

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Su postura cambió tras ver la película Indisciplinado sin causa y descubrir a James Dean. Charles pasó de ser víctima a victimario, de sufrir abusos y burlas a enfrentarse y a salir de aquella marginalidad social a colchoneta de guantazos, peleas y violencia. Aquella recién estrenada personalidad le valió el miedo de sus antiguos acosadores, aunque incluso le llevó por el mal camino: abandonó los estudios y comenzó a delinquir.

Eso sí, compaginaba su fase criminal como descuidero de casas con trabajos cotidianos en un almacén de periódicos o como pocilga. Fue por entonces cuando conoció a Caril Ann Fugate, una pupila de 13 abriles con la que inició una relación sentimental ilegal. En el condado de Nebraska, la tiempo de consentimiento estaba (y sigue estando) en los 16 abriles y, por consiguiente, cualquier contacto físico entre entreambos sería considerada acometida sexual frente a la ley. En cuanto la principio y el padrastro de la beocio se enteraron le prohibieron verlo.

Caril Ann Fugate y Charles Starkweather

Caril Ann Fugate y Charles Starkweather

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Aquella prohibición no hizo más que enfurecer a Charles, que empezó a descargar sus desesperanzas y chascos contra los más débiles, y siempre con gran violencia. Así fue cómo perpetró su primer homicidio. El 30 de noviembre de 1957 Charles quiso comprar a crédito un peluche en una estación de servicio específico. El empleado se negó y, como respuesta, nuestro protagonista sacó una pistola, lo arrastró fuera del mostrador hasta un bosque cercano y lo ejecutó allí mismo de un tiro en la cabecera.


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Semanas posteriormente y con esa misma sensación de impunidad, Charles se presentó en la casa de su novia, pero se encontró con la válido competición de los Bartlett, que le impidieron entrar. En consecuencia, el perverso sacó su pertrechos y disparó al casamiento, que murió en el acto, luego estranguló y apuñaló a la media hermana de Caril Ann, de dos abriles, que incluso falleció. Y todo bajo la ojeada de su novia.

Comienza la matanza

Desde el 21 de enero de 1958, día de la matanza de los Bartlett, y durante casi una semana, Charles y Caril Ann permanecieron juntos en la casa. Gracias a un cartel en la entrada que decía, “No se acerquen, todos están enfermos de constipado”, se libraron de miradas curiosas y de cualquier sospecha.

Tras ese tiempo prudencial, Charles y Caril Ann se embarcaron en un alucinación donde dejaron un reguero de cadáveres a su paso. Sin confiscación, la beocio aseguró durante el madurez, que nunca participó voluntariamente de la ola de crímenes, sino que era una rehén de su novio y que estaba aterrorizada.

Las víctimas asesinadas por Charles Starkweather

Las víctimas asesinadas por Charles Starkweather

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La sucesivo parada en esta matanza fue la casa de un amigo de la clan Bartlett, un anciano de 70 abriles llamado August Meyer, al que Charles disparó con una escopeta. Todavía mató a su perro. Durante la huida, el coche se quedó atrapado en el comedón y dos adolescentes, Robert Jensen y Carol King, se acercaron a echar una mano. Aquel mueca de buena fe les costó la vida.

Charles primero disparó al pequeño y tras intentar violar a la chica, incluso la mató con la escopeta. Esa es la traducción de Caril Ann, ya que, según Charles, fue su novia quien empuñó el pertrechos y disparó a las víctimas. Su sucesivo parada: la casa del industrial C. Lauer Ward. Allí, apuñalaron a la esposa, a la señora de la limpieza y al perro, mientras que el marido falleció por los disparos.

El coche asaltado por Charles Starkweather con el cuerpo de una de las víctimas

El coche asaltado por Charles Starkweather con el cuerpo de una de las víctimas

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Tras los asesinatos, la pareja robó en la casa y asaltó otro coche para huir. Pero en su interior dormía el conductor, Merle Collison. Sin escrúpulo alguno, Charles sacó nuevamente el pertrechos y apretó el detonador. Rápidamente, se subieron al coche, pero al meter la primera marcha no hubo forma de que funcionase.

Al tiempo que Charles trataba de hacerse con el mecanismo, otro conductor se paraba para ayudarlos. Al acercarse, el perverso le mostró la escopeta y lo amenazó. Preciso en ese instante, una patrulla del ayudante del Sheriff del condado apareció en la carretera y Caril Ann corrió fuera del coche para explicarle lo sucedido.

Charles Starkweather, una vez detenido

Charles Starkweather, una vez detenido

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En cuestión de segundos, Charles logró acelerar y comenzó una peligrosa persecución hasta que los disparos del policía destrozaron el parabrisas del transporte y le hirieron en una oreja. “Pensó que se estaba desangrando. Por eso se detuvo. Ese es el tipo de hijo de puta que es”, recordó uno de los agentes que lo detuvo aquel 29 de enero de 1958.

Clase de maldad

Durante el madurez contra Charles Starkweather, celebrado en junio de 1959 en el tribunal de Nebraska, el clon de James Dean fue marcado de un solo cargo de homicidio en primer jerarquía por la asesinato de Robert Jensen, el adolescente que trató de ayudarlo a salir del comedón. 

El interrogatorio fue un despropósito frente a las múltiples versiones que dio el investigado. Primero dijo que su novia no estaba allí, posteriormente que la beocio había participado voluntariamente, y, frente a tal desatino, sus propios abogados intentaron alegar enajenación mental. De falta les sirvió.

Charles Starkweather, camino del tribunal

Charles Starkweather, camino del tribunal

BA

El comité condenó al adolescente a la pena haber y a caducar en la arnés eléctrica. Su ejecución se produjo el 25 de junio de 1959 y fue enterrado en el cementerio Wyuka, en Lincoln, donde casualmente cinco de sus víctimas incluso yacen allí.

Por su parte, Caril Ann fue sentenciada a esclavitud perpetua por homicidio en primer jerarquía, pese a que siempre mantuvo su inocencia y ser rehén de su novio. Tras dieciochos abriles en prisión, la nuevo quedó en osadía condicional por buena conducta, contrajo casamiento y pasó a llamarse Caril Ann Clair.

Caril Ann Fugate, novia de Charles Starkweather, en su audiencia de libertad condicional (1976)

Caril Ann Fugate, novia de Charles Starkweather, en su audiencia de osadía condicional (1976)

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La historia de esta pareja fue motivo de inspiración para Quentin Tarantino y su asunto de Natural Born Killers (Asesinos natos), película que luego fue dirigida por Oliver Stone. 

No es el único personaje renombrado que se sintió fascinado con Charles y Caril Ann. Stephen King, por ejemplo, se obsesionó siendo un crío con la copia de James Dean. “Sus fanales reflejaban un infructifero total”, afirmó el escritor sobre Charles. “Este es el tipo sobre el que vas a producirse toda tu vida escribiendo. Sobre esa clase de maldad”, se dijo.

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