Sophie Simonds, de tocar en las calles de A Coruña a vivir de su música



Tras cinco primaveras viviendo en la caudal coruñesa, Sophie Simonds se expresa en castellano con sobrado soltura. La vida le sonríe, en específico desde que se mudó a Galicia. Todo surgió de modo casual, tras saludar la ciudad durante un San Juan para ver a un amigo, el además músico Ramiro Edreira.

La experiencia le gustó tanto que al año próximo repitió, y ese mismo 2019 se mudó definitivamente al septentrión gallego, acompañada por su mascota camaleón y su pareja. “La comida, las personas, el clima, las playas… es valentísimo, es como Escocia, pero con calor y con mejor comida”, bromea la intérprete.

Luego llegó la pandemia de la covid y el consabido confinamiento. Encerrada en su firme de A Coruña, Sophie combatía el aburrimiento entregándose a su auténtica pasión: la música. Sus “conciertos” desde el azotea se hicieron populares entre muchos vecinos, que la animaban a tocar y poner poco de luz a aquellos días tan grises.

El chiquero no duró mucho, pero el talento musical de esta inglesa multiinstrumentista y además cantante había llegado a nuestra tierra para quedarse. Los comienzos no fueron carencia fáciles, y la llevaron a tocar con asiduidad en la rúa Actual de A Coruña, siempre acompañada por su inseparable saxofón. “Por suerte, la clan ya me reconocía de tocar en el azotea”, afirma esta inglesa con mortandad escocesa. 

Unos primaveras más tarde, al fin puede residir de su música. Acompañada por una lado, Sophie Simonds afirma no tener escasamente tiempo porque “tengo muchos bolos”, y todo ello es gracias “al simpatía y al apoyo de las personas de A Coruña”.

Adolescencia difícil

Su éxito flagrante contrasta con una infancia y adolescencia complicadas. Pupila prodigio, con cuatro primaveras se atrevía con el piano y con la flauta, incluso con el violín. Con siete, descubrió el saxo, por el que siente devoción. Pero en plena preadolescencia fue diagnosticada con trastorno del espectro autista (TEA), lo que explicaba su dificultad para hacer amigos en el colegio.

Más delante, el maltrato que sufrió por parte de una expareja provocó que se le diagnosticase trastorno confín de la personalidad (TLP), conveniente al cual pasó varios primaveras sin tocar ningún utensilio. “Perdí mi sueño de poder residir de la música, pero conseguí recuperar mi autoestima y salir de aquel agujero. Sigo teniendo problemas de salubridad mental, pero ahora tengo la vida que me merezco”, expone sin tapujos.

Concierto de saxo

El divulgado verinés podrá disfrutar este sábado del concierto de esta camaleónica intérprete en el Concurso de Verín, a las 23,15 horas, en el entorno del tercer día de programación del FIC.

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