El raíz de empresas de O Barco, con solo un 25% de su capacidad ocupada, atraviesa uno de sus momentos más bajos desde su creación, en 2012. De sus ocho nidos, exclusivamente dos están en uso, cuando llegó a alcanzar el 70% de su capacidad. El escaso interés de las nuevas empresas se convirtió en un problema.
La burocracia es uno de los principales obstáculos. El proceso para instalarse en el raíz no es dilatado, pero la mayoría de las entidades prefieren consentir a espacios de trabajo de modo prácticamente inmediata, opción que el raíz no puede ofrecer por sus exigencias administrativas.
En estos 12 primaveras fueron 28 los emprendedores que pasaron por el raíz, y muchos optaron a posteriori por seguir caminos como el caso del preparador personal André Faria, el extremo que abandonó la instalación para irse al centro de O Barco.
En la contemporaneidad, el raíz sigue ofreciendo sus servicios a las pocas empresas que aún permanecen, con la esperanza de que una revisión de los procedimientos pueda atraer a nuevos.
Es difícil explicar la depreciación ocupación del raíz de empresas. Con un arriendo muy corto y con los gastos de luz, agua e incluso Internet subvencionados, las condiciones son idóneas para que un emprendedor pueda poner en marcha su esquema, pues las dependencias incluso cuentan con el equipaje que necesitaría. La renta es casi simbólica, destacaron desde el Concello, y los requisitos muy simples, como no acaecer transcurrido más de un año desde la creación de la sociedad y un periodo de ocupación de tres primaveras, prorrogable o tener al día los pagos a la Seguridad Social y presentar una memoria de la actividad. El edificio posee, encima de las oficinas, una sala de reuniones y un cátedra para la estructura de cursillos.