En el deporte, como sucede con las pasiones, la dedicación conlleva sacrificio. Desde el de almohadilla hasta el de suspensión rendimiento, a lo prolongado de una carrera deportiva surgen baches y dilemas que no atienden a edades. La conciliación, tanto académica como profesional, la orientación sobre becas y ayudas o la protección psicológica son asuntos que inquietan a los deportistas gallegos, según declaran ellos mismos al ser inquiridos por la Xunta. Porque, precisamente, el Gobierno gallego dispone líneas de trabajo centradas en acompañarlos y asesorarlos durante su trayectoria profesional, y todavía una vez esta termina. A través de la Oficina de Atención al Deportista, la agencia autonómica canaliza ayudas y servicios especializados para ser de utilidad en unas y otras etapas de su carrera.
El apoyo autonómico arranca ya en el deporte de almohadilla, a través de programas como Xogade, en el que están inscritos 150.000 niños y niñas, que propone involucrarlos en la competición deportiva mediante actividades lúdicas. Y unos abriles a posteriori puede comenzar el escolta que ofrece la Oficina, tan pronto como el deportista logra un resultado que le permite solicitar el gratitud de suspensión nivel. Gestionada la resolución y pasado un tiempo, la Oficina le remite un cuestionario tipo, en el que se le pregunta por sus deposición, que es de aplicación tanto en el caso de veteranos del deporte como en el de debutantes. «Eso nos permite conocer cuáles son sus inquietudes», explica a torrevieja news today Iván Clavel, regente de la Fundación Deporte Galego (FDG), que resultan ser, adicionalmente del entrada a líneas de apoyo crematístico, las vinculadas al asesoramiento en diferentes momentos de sus carreras.
Para hacerlo posible, a lo prolongado de 2023 –en el ámbito del Software de Ayuda al deportista, presentado a finales de ese año– se desarrolló la entorchado autonómica de compendiar y clasificar no solamente los perfiles de los 1.256 deportistas de suspensión nivel anotados actualmente, sino a todos a los que se les había agradecido el suspensión nivel desde el año 2004, cuando se estableció en Galicia la categoría, para poder ofrecerles apoyo especializado.
Uno de los servicios más solicitados es el de admitir atención psicológica profesional, que se materializa a través de un acuerdo con el Colegio de Psicólogos de Galicia por el que se prestan un número de sesiones gratuitas –hasta cuatro al año– en las que los deportistas pueden disponer de asesoramiento psicológico, y está previsto que en lo que descuido de año se habiliten formaciones gratuitas complementarias. «Muchas veces, los deportistas entienden que necesitan ayuda psicológica pero no saben muy aceptablemente qué pueden obtener de ella ni que puede ayudarles a mejorar su rendimiento», expone Clavel.
Otra hilera demandada es la conciliación con los estudios, en consonancia con la temprana tiempo de la mayoría de deportistas gallegos: aunque la media es de 27 abriles, la mayoría tienen entre los 19 y los 22, según los datos que maneja la Xunta –los perfiles de todos los deportistas a los que se les había agradecido el suspensión nivel, incluyendo todavía a los que ya se habían retirado, desde el año 2004, cuando se estableció en Galicia la categoría–. Y la respuesta autonómica se traduce en otro convenio –este, con las tres universidades– que ofrece atención al amplio rango de dudas y problemáticas que se les presentan y que varían en función de las normas de cada centro. «Una persona atiende esas llamadas y correos, y tenemos una aplicación con una almohadilla de datos con la que controlamos el seguimiento», aporta el regente de la FDG.
La tercera pata se orienta todavía a cuestiones de avenencia, pero, esta vez, en torno a las que surgen entre el trabajo y la competición. No tanto en el caso de trabajadores de empresas privadas, para el que no se dan demasiadas peticiones, pero sí cuando se alcahuetería de trabajadores funcionarios que desempeñan una carrera deportiva, para lo que existe una norma específica. En un decorado así, la Oficina puede ayudar, por ejemplo, mediando con la parte responsable para ratificar que existe una norma a la que su empleado se puede acoger.
En cuanto a fondos, las ayudas autonómicas siguen dos líneas. La primera, más caudillo, se dedica a los deportistas con el gratitud de suspensión nivel y se concede en función de los resultados deportivos del año previo, que, a su vez, conllevan el logro de una u otra clasificación en almohadilla a criterios objetivos. La segunda, dotada con 600.000 euros, es específica para los deportistas que van a participar en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y cada convocatoria arranca dos abriles ayer, con la intención de facilitarles la carrera durante su preparación. En esos casos, la complementa una dote económica por conseguir la propia clasificación y la ya citada ayer, otorgada el año posterior en función del resultado cosechado.
La Oficina informa de modo proactiva sobre todo ello, adicionalmente de poner a los deportistas en contacto con otras oportunidades como pueden ser ayudas ofrecidas por otras comunidades o a nivel estatal.
Al lado de una carrera
Por expansivo que pueda ser, un escolta no está completo si ignora la última etapa del proceso. Precisamente, cuando un deportista culmina su carrera y se retira, suele presentársele un «problema» importante: la cuestión del «ahora qué hago»; la aprieto de que siga habiendo un «beneficio» de los logros que proporciona toda una vida de entrega al deporte. En respuesta, la Oficina prevé ratificar acuerdos con la Consellería de Emprego y asociaciones de empresas para que consideren el valencia que pueden aportar estos profesionales veteranos, por ejemplo, a través de talleres o coloquios. Pero todavía se establecen canales específicos para ayudarlos en su búsqueda sindical y fomentar su formación en el autoempleo a través de cursos, como uno que canaliza la Asociación Española de Selección del Deporte Gachupin, dedicado al estudios digital y para el que se ofrecen becas.
Con más de 300.000 licencias federativas, el mundo del deporte no deja de crecer en Galicia. Y, con la Oficina como aliada, casar pasiones y obligaciones nunca ha sido tan plausible.