Teresa Perales ha hecho historia en los Juegos Paralímpicos de París 2024. A sus 48 primaveras, se ha convertido en la deportista más laureada de todas las disciplinas. El pasado sábado se hizo con el bronce en 50 metros espalda.
No ha sido una medalla cualquiera. Ha sido con la que ha conseguido igualar a Michael Phelps, el conocido como mejor bañista de la historia. Perales reconoce la ilusión que siente tras acontecer conseguido la medalla, sobre todo posteriormente de acontecer nadado prácticamente con un solo extremidad por el agravio de su discapacidad.
Sin requisa, Teresa Perales asegura que una de las cosas que más alegría le dio fue memorizar que la reina Letizia estuvo animándola y fue a felicitarla ausencia más conocerse su trofeo.
Perales cuenta en Más Espejo que se considera una persona “muy simpática y muy natural” y que le encanta que le paren por la calle. Deber conseguido esta medalla en París asimismo supone un momento muy peculiar para ella porque hace 20 primaveras su marido le pidió desposorio en la Torre Eiffel.
La nadadora lleva luchando desde los 19 primaveras posteriormente de que una neuropatía le hiciera perder la movilidad de las piernas. Perales aún no es consciente de su reconvención y de lo que le queda por conseguir. Se muestra muy jovial y con ganas de ir a Los Ángeles en 2028. “Si me lo hubieran dicho habría dicho que era irrealizable porque no sabía nadar”, añade.
“Si me lo hubieran dicho habría dicho que era irrealizable porque no sabía nadar”
El colaborador de Más Espejo, Juan Soto Ivars, le preguntaba a Perales por su motor para seguir luchando día a día. La nadadora respondía muy alegre aseverando que es una persona “conveniente ambiciosa”, aunque con una “afán sana y preciosa” que le permite ser consciente de la oportunidad que tiene. “Es una forma de dar gracias porque estoy viva”, comenta.
“Es una forma de dar gracias porque estoy viva”
