Las fuertes tormentas de granizo y lluvia torrencial arrasan el campo toledano


En cuestión de minutos, una diluvio torrencial y pedrea intenso arrasaron los campos en la provincia de Toledo. Según ha informado este lunes Asaja, en la comarca de La Mancha los términos municipales de Cabezamesada y Corral de Almaguer y, en los Montes de Toledo, los municipios de Los Yébenes y Marjaliza, fueron las zonas donde mayores daños se han registrado por el momento.

«Calles totalmente inundadas, caminos anegados y cultivos en el suelo han sido las primeras consecuencias de la tarde de ayer (por el domingo), donde se llegaron a guardar en algunas zonas hasta 40-50 litros por patrón cuadrado en al punto que unos minutos, según las valoraciones iniciales de los técnicos de Asaja Toledo.

En cuanto a los cultivos afectados, prácticamente han quedado arrasados todos los leñosos donde se concentró el pedrea: olivar, viñedo, pistacho y almendro. Tan solo el cereal, que ya estaba cosechado, se ha librado de los género del temporal.

Aunque aún es pronto para hacer estimaciones, en la zona de La Mancha, el pedrea ha dañado todo el término de Cabezamesada y parte de Corral de Almaguer. Se estima que más de 500 hectáreas han podido sufrir las consecuencias, sobre todo, en el cultivo del viñedo. Algunas variedades de uva tempranas, como el moscatel y chardonnay, ya se habían recolectado.


El almendro ha sufrido el «viejo desastre»


ASAJA

Sin retención, a las puertas de que se generalice la campaña de vendimia, la gran mayoría de los tintos, como el tempranillo y el cabernet sauvignon, y de los blancos airén, ha podido sufrir daños de entre un 70 y un 80 por ciento. En esta semirrecta, los técnicos de Asaja Toledo recomiendan vendimiar cuanto ayer el poco fruto que haya quedado en la viñedo para posteriormente evaluar el resto de daños y aplicar los tratamientos que fueran necesarios en la planta.

En cuanto a los Montes de Toledo, se calcula que los daños han abarcado unas 150 hectáreas en el término de Marjaliza y otras 50 en Los Yébenes, afectando principalmente a los cultivos leñosos como olivar y almendro. Los técnicos de la estructura agraria estiman que una de cada tres partes de oliva se ha caído al suelo, encima de los daños que se han producido en las plantas. En cuanto a los almendros, aunque menos parcelas, el desastre ha sido incluso viejo, pues el fruto ya estaba desarrollado y pronto para guardar.

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