El monte quemado en el verano baja a mínimos históricos en la provincia de Ourense


Los incendios, que antaño fueron uno de los principales problemas de la provincia, parecen deber poliedro un respiro en los últimos dos abriles. En los primeros ocho meses del año, el fuego al punto que ha consumido un total de 314 hectáreas, bajando el imperceptible histórico de 600 hectáreas que se marcó por estas mismas fechas el verano pasado. 

Por poner en contexto lo que poco que representan 314 hectáreas, hay que tener en cuenta que, de consumir con esta proporción el año, este sería el examen con menos hectáreas quemadas por incendios en lo que va de siglo XXI. Por otra parte, de consumir por debajo del millar de hectáreas calcinadas, sería la segunda vez en la historia flamante de Ourense que esto sucede (el precedente fue en 2021, cuando la actividad humana se encontraba restringida por el covid). 

Y eso que el mes de agosto se cerró con hasta cuatro incendios de cierto calibre. El más importante de ellos fue el de A Gudiña, que se originó el día 23 y durante dos jornadas mantuvo en vilo a los vecinos, afectando a un total de 75 hectáreas. La parroquia de Oseira, en San Cristovo de Cea, además sufrió especialmente con hasta dos incendios en una semana. El primero de ellos, registrado el martes 20 fue el más importante llegando a calcinar hasta 58 hectáreas. Una semana luego y prácticamente a la misma hora -lo que hizo sospechar que fue provocado- se originaba otro fuego en la misma zona que abrasó otras 30 hectáreas más, para un total de 88. El tercer incendio registrado, aunque de beocio calado, fue en Cualedro y calcinó 9 hectáreas.

Intencionalidad en San Cibrao

Aunque con una afectación mucho beocio que los otros fuegos, un incendio ha destacado este agosto por su naturaleza, con tres focos distintos, en San Cibrao das Viñas, cerca de la A-52. Según explicaba la alcaldesa de la aldea, Marta Novoa, el 22 de agosto se registraron dos focos en torno a las 18.30 horas, en el circunstancia de Barreiros, cerca de las obras del AVE y en una zona de naves industriales, y en Outeiro Pelado. Precisamente, poco tiempo luego y próximo a este zaguero punto, se originó un tercer foco. Unas seis hectáreas se acabaron viendo afectadas y, manido el salida del fuego, la propia alcaldesa deslizaba la idea de una posible intencionalidad.

En cuanto al resto del año, los otros grandes incendios se registraron en Carballeda de Valdeorras, cuando un fuego calcinó 26 hectáreas en el mes de abril, otro ocurrido en febrero en Carballeda de Avia que quemó 23 hectáreas y un incendio en Bande que devoró 19 hectáreas. 

Último incidencia

A pesar de que las cifras son positivas, Ourense sigue estando a la inicio de Galicia en incendios, ya que cerca del 30% del condado calcinado este año en Galicia pertenece a Galicia. A nivel doméstico, el fuego ha descontento 42.314 hectáreas en lo que va de año, un 46,4% menos que en el mismo periodo de 2023, cuando ardieron 78.852 hectáreas, y un 46,5% menos que la media de los últimos diez abriles.

Las cuatro fases de un incendio.
Las cuatro fases de un incendio.

En el mensaje del Tarea de Transición Ecológica se recoge que la Dispositivo de Marcial de Emergencias (UME) ha observado que la flora ha tenido un veterano contenido de humedad este año, especialmente durante parte del verano, y de ahí la beocio incidencia de fuegos. Cerca de memorar que Ourense ha registrado uno de los comienzos de año con veterano número de precipitaciones desde que hay registros. 

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