Familias y docentes achacan la imposición del valenciano en la ciudad de Alicante a subvenciones para los cursos


La posibilidad de que se considere la ciudad de Alicante predominio Hispanohablante dentro de la Ley de Usos y Enseñanza del Valenciano ha hecho saltar las alarmas en varios instituciones académico Estudiantes universitarios. ¿La razón? Uno de ellos, tal y como ha coincidido en señalar la asociación de familias de estudiantes Idiomas y Educación y el Plataforma de Maestros para la Libertad Lingüística, son los subsidios que ven peligrar sus cursos de valenciano por la actual “imposición en las aulas”.

En un comunicado, el Departamento de Filología Catalana, la Junta Directiva de la Unitat per a l’Educació Multilingüe de la Universidad de Alicante y la sede alicantina del Instituto Interuniversitario de Filología Valenciana, han preguntado a los partidos políticos con representación en el Pleno del Ayuntamiento de Alicante para votar en contra este jueves la declaración para solicitar que la ciudad sea considerada predominantemente hispanohablante, en lugar de valencianohablante, como hasta ahora. «Evidentemente los tres se dedican a promover el uso de esta lengua en la Universidad y, por tanto, son juez y parte en el asunto, ya que los tres ellos viven y están subvencionados para el imposición de una determinada política lingüística”, criticó Lenguas y Educación.

Un análisis compartido por la Plataforma de Profesores por la Libertad Lingüística: “Seguramente, el motivo de su alarma no se limita sólo a los conocidos carácter totalitario de quienes quieren imponer las lenguas por la fuerza, pero que hay otro elemento más angustioso si cabe: el miedo a que la libertad signifique una separar del grandes beneficios que muchos obtienen obligando a miles de personas a pagar por sus cursos de valencianoque es la condición que hoy se impone a los ciudadanos para que puedan llevar el pan a sus casas.

También por la exigencia lingüística de los funcionarios.

En este caso, los profesores también hacen referencia a la requisito lingüístico que estipula tener el título de valenciano para poder trabajar como oficial en la Comunidad Valenciana, lo que a su juicio también coarta la libertad de las familias, al ordenarles que sus hijos aprendan en esta lengua si quieren construirse un futuro.

Ambas entidades coinciden también -sin haber enviado ningún comunicado conjunto- que el cambio de estatus de la ciudad sólo pasa por dar «libertad» elegir a los padres lenguaje vehicular de aprender el materias básicasno obligarte a estudiarlos en uno u otro, como ocurre ahora.

“Supondrá que los ciudadanos disfruten de la posibilidad de elegir si sus hijos estudian en valenciano o en castellano, pero ‘libertad de elección’ es un concepto que realmente asusta a algunos, no sólo porque la única manera que conocen de defender el valenciano es obligar a la gente hablarlo por fuerza de ley, sino por el grave daño económico que traería la libertad de los ciudadanos”, abundan los docentes.

«Feudatarios de los supremacistas catalanes»

Y lo comparan con los antecedentes de inmersión lingüística más al norte: «Esta es quizás la causa de la sobreactuación de estas organizaciones siguiendo los patrones de las organizaciones supremacistas catalanes de los cuales son feudatarios».

Para las familias representadas por Idiomas y Educación, “estas instituciones no entienden que los ciudadanos eligen la lengua en la que se comunican y que los alicantinos llevan mucho tiempo eligiendo el español como lengua de convivencia, a lo que se ha unido un crecimiento espectacular de la población de Alicante, que se ha convertido en una de las diez ciudades más pobladas de España.

Y subrayan que, en el fondo de la cuestión, se trata de libertad: “Hoy en día, los alicantinos nacen donde quieren y eligen la lengua en la que se entienden, porque de momento son libres de hazlo.”

Por ello, son partidarios de que la Corporación municipal se pronuncie a favor del cambio con este declaración institucional, en el pleno de este jueves. «Con ello, el carácter valenciano de la ciudad, sus tradiciones, el derecho de sus habitantes a estudiar en su lengua materna“, apoyarían un ejercicio de libertad y, sobre todo, serían coherentes con la política lingüística que propugnan el Consell y los partidos que lo integran”, concluyen.

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