Feijo pierde la primera votacin de investidura pero consolida su liderazgo como azote de Snchez


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El escrutinio del Congreso ha finalizado, como estaba previsto, con 172 votos a favor frente a 178 en contra

Feijó pierde la primera votación de investidura pero consolida su liderazgo como azote de Sánchez
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  • Congreso Feijó comparece ante Bildu: “Le dejo sus votos a Sánchez, no los quiero”

No ha habido sorpresas. El resultado de la primera votación de investidura del candidato popularAlberto Núñez Feijó, ha sido el esperado. 172 ses contra 178 que no es. El camino al fracaso está pavimentado. El líder del PP no obtendrá la confianza de la Cámara. El viernes, cuando se realice el segundo y último escrutinio, se ratificará la posición del Congreso. Será muy poco, cuatro votos, pero suficientes -sólo bastaría una diferencia- para derribar su aspiración de llegar al Gobierno.

El fracaso, sin embargo, no ha hecho mella en el liderazgo de Feijó al frente de uno de los dos bloques en los que está dividido el Parlamento. Un bloque que, a falta de cuatro plazas, ocupa la mitad del Hemiciclo. Él popular perder la investidura -de hecho él mismo la daba por hecha-, pero se ha erigido en abanderado de la lacra ante un rival, Pedro Sánchez, que ha preferido evitar el debate para no tener que desvelar la cantidad de la factura a pagar a los independentistas y abertzales a cambio de su investidura.

“Este debate ha valido la pena”, ha afirmado hoy el candidato del PP al finalizar la sesión, “porque todos nos hemos retratado, con palabras y con silencios” y porque ha quedado claro que “hay una alternativa”. . “Yo”, subrayó, “saldré de este debate con mis principios y los de once millones de votantes, intactos”.

A partir del viernes, cuando la Cámara confirme la fallida afirmación del candidato popularempezar a contar el tiempo de un nuevo candidato, pedro sánchez. El mismo que aseguró que nunca llegaría a un acuerdo con Bildu, que la amnistía no entraba en el Constitución y que quienes llevaron a cabo el intento proceso “Claramente” cometieron un delito de “rebelión”. Ahora su reedición en La Moncloa Depende de todos ellos: ERC, Junts y Bildu. También del PNV, una formación que, según convenga, apuesta o por la izquierda o por la derecha.

Lo previsible es que Felipe VI abra sin perder tiempo una nueva ronda de contactos con los partidos que se sientan en el Congreso para hacer una segunda designación de candidato a la investidura. También es cierto que ni los secesionistas catalanes ni los abertzales Vascos. El jefe del Estado tendrá que confiar en la palabra de Sánchez cuando le asegura que cuenta con el apoyo de todos ellos para ser investido. Sin ese apoyo, los votos garantizados de los socialistas se quedarán muy cortos.

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Pedro Sánchez entra en la Cámara durante la intervención de la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua.JAVIER BARBANCHO

Reivindicaciones del independentismo

También es muy previsible que Pedro Sánchez pague y acepte las exigencias del independentismo: amnistía, primero, y referéndum de autodeterminación, después. Y, en consecuencia, podrá volver a formar Gobierno. Y, en ese escenario, lo que surge claramente del fallido debate de investidura de Feijó es que el popular será el líder indiscutible de una oposición que ya parece muy dura mientras permanezca la legislatura. Y además, está decidido a volver a intentarlo en el convencimiento de que la oportunidad llegará, como asegura su partido, “más pronto que tarde”.

A lo largo del debate, el líder del PP se movió en tres niveles: censurando a Sánchez por su política de ceder ante quienes atacaban a la Estado, los ya confirmados y los que se supone que vendrán; esboza las líneas generales que pondría en marcha si pudiera formar Gobierno, incluyendo como base hasta media docena de pactos de Estado con el PSOE (política territorial, agua, Estado de bienestar, familias, institucional y economía) y, finalmente, su responder a la variedad de partidos minoritarios dispuestos a vender sus votos al mejor postor.

Éstas eran las directrices del candidato y, pese a la sorpresa que supuso la decisión de Sánchez de evitar el debate, el candidato supo mantenerlas hasta el final. Hoy, segunda sesión de la discusión parlamentaria, la intervención de los socialistas representados por el diputado Puente de la cicatrizhabía caído en el olvido.

Feijó, al menos de momento, ha logrado consolidarse como líder de una derecha que aspira a reunificarse. El líder de Vox, Santiago Abascal, en esta ocasión se lo ha puesto fácil aunque su apoyo le cueste el popular el rechazo categórico a otras formaciones como el PNV. Sin embargo, entre sumar 33 escaños o sólo cinco, no hay color para el PP.

Quien sigue siendo candidato a la investidura hasta el viernes ha optado en su primer gran debate parlamentario por una política que defiende “los principios y la palabra” y que no se rinde al “chantaje” de aquellos cuyo proyecto es desmembrar el Estado y dinamitar lo que despectivamente llaman “régimen del 78” y “falsa Transición”.

Feijó trazó una línea definitiva contra su principal rival, el silencioso Sánchez, al subrayar que nunca aceptaría el poder si eso significaba aceptar las exigencias de un prófugo de la Justicia como Puigdemont y, después, afirmar que no quería los votos de Bildu y calificarlo Es un “inmenso honor” que los de Otegi opten por el socialista y no por él.

El líder del PP, a lo largo de dos días, quiso presentarse como el defensor de la “igualdad de todos los españoles” y el político que “antepone el interés general a la ambición personal”. También como “el candidato libre” que no se doblega ante las extorsiones y el parlamentario que tiene respuesta para todos: desde Sumar al PNV, una fuerza este último, a la que Feijó no dejó de advertir que corre el doble riesgo de ser visto. superado por Bildu en su propio territorio y siendo toreado por Sánchez.

El candidato habló de “concordia”, “consenso” y “fiabilidad” y afirmó estar en contra del “frontismo” y de cavar trincheras. Y también insistió reiteradamente en que su partido ha sido ganador de las tres últimas elecciones: las municipales, las autonómicas y las generales. Pero en el sistema parlamentario español, en realidad gana no es el que acumula más votos sino el que consigue, con la fórmula que sea, atraer más apoyos en el Congreso. Y en esta ocasión, salvo que Puigdemont levante el pulgar o no, Sánchez tiene más bazas.

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