Los centros canarios acogen más de 5.000 menores migrantes no acompañados. Llegan en cayucos, otros en patera. Pero la gran mayoría, solos y sin documentación. Hablamos con quienes les atienden nulo más calar y nos explican. “Lo primero que se hace es un pequeño triaje inodoro”, dice Iñigo Vila, director de Emergencias Cruz Roja.
Cero más calar se les conduce a unas carpas donde la policía recoge sus huellas, les preguntan si son menores y su ciudadanía para identificarlos y elaborar así su ficha policial. Y si hay dudas sobre su perduración. “Se hace un gratitud médico óseo, es una prueba que puede tardar hasta dos abriles”, afirma Cristian Balcells CEO Balcells Group.
Cuando se confirma que son menores son derivados a centros especializados o pisos tutelados. En Demena La Cañada acogen actualmente a treinta niños aunque su capacidad es para una veintena. Se les da buena atención aunque los profesionales aseguran que no es la idónea para este tipo de menores de entre 13 y 17 abriles. Son atendidos y formados pero una vez cumplan los 18 abriles su futuro es incierto, por eso antaño de que lleguen a la mayoría de perduración, son las ONG las que intentan buscarles un futuro para evitar que acaben en la calle.
El gobierno canario les ha comunicado que no reciban a menores inmigrantes sin su autorización. Las ONG responden que cada vez es más difícil atenderlos. Y se preguntan, “¿Dónde? ¿Cómo? ¿ Cuándo? Dicen que no hay espacio posible”. Es lo que afirma Miguel Aquel Díaz, de Nuevo Futuro.
El gobierno canario les ha comunicado que no reciban a menores inmigrantes sin su autorización. Las ONG responden que cada vez es más difícil atenderlos. Pero siempre prevalece la protección del pequeño, según explica el abogado Daniel Arencibia: “La Comisión de Derechos del Peque sigue siendo plenamente aplicable” y apostilla “a esos niños hay que atenderlos de forma digna y segura”.
El gobierno canario ha comunicado a las ONG´S de su zona que no reciban a ningún pequeño sin su autorización. En estos momentos hay cerca cinco mil trescientos menores migrantes no acompañados en sus centros, cuando la capacidad es de unas dos mil quinientas plazas. Están desbordados. Solo en agosto, han llegado otros seiscientos menores. La gran pregunta es ¿Qué se está haciendo con ellos? La valor de Canarias sólo serviría como una medida de presión. La posibilidad de momento parece no estar cerca.
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