Es presidente ejecutivo de Grupo Avícola Rujamar, -con una facturación de 45 millones de euros en 2022 y 60 millones en 2023. Este empresario conquense de 43 años, que se levanta a las 5:30 horas, lleva muchos años dedicado a su negocio. Su trabajo, que aprendió de niño con su padre, ha convertido a su empresa en la empresa de avicultura ecológica más importante de España, donde emplea a 200 personas y genera 500 empleos indirectoss en sus centros de San Lorenzo de la Parrilla, Honrubia, Saelices y Mondéjar.
—Dicen que en San Lorenzo de la Parrilla tienen casi cero desempleo.
—Le puedo decir que tenemos muy serias dificultades para encontrar gente para trabajar en San Lorenzo de la Parrilla y que muchos de mis trabajadores se están yendo a los pueblos vecinos porque no encuentran vivienda en el pueblo. Ahora mismo vas a alquilar una vivienda en San Lorenzo de la Parrilla y no hay, no existen.
—¿Cree que se debe al trabajo que genera su empresa?
—Hay otras empresas, pero Rujamar es la más grande, y la que está generando entre 70 y 80 puestos de trabajo aquí somos nosotros.
—En cierto modo, el hecho de que no haya viviendas en San Lorenzo de la Parrilla da idea de que la lucha contra la despoblación está ganada.
—Te puedo decir que si hay 500 casas en el pueblo, todas están ocupadas.
Rubén Martínez, en el centro, recoge el premio que le otorga la Confederación de Empresarios Cecam
—¿Es un problema para usted la dificultad de encontrar trabajadores para su empresa?
—Es un problema porque tenemos que externalizar muchas cosas. Por ejemplo, todos los procesos de vacunación, limpieza, centros de clasificación de barcos, fontanería, electricidad… es difícil encontrar personas cualificadas y no cualificadas que reciban formación. Es difícil captar puestos de trabajo en las zonas rurales, muy difícil.
—Veo que tratas con especial cariño a las gallinas porque están libres y no en jaulas. ¿Contribuye esto a aumentar la calidad del producto, hay alguna diferencia entre los huevos Rujamar y otros?
—La calidad pura y dura viene determinada por lo que come la gallina, y no hay diferencias en la dieta entre una gallina campera y de tierra con respecto a una de jaula. Lo único es que el huevo es más rico en energía y proteínas porque el animal necesita más calorías y proteínas para la actividad física que realiza. Lo que es diferente es el orgánico porque la comida orgánica se nota en la salud del ave. Una gallina que vive siempre en una jaula no desarrolla la motricidad de la misma manera que otra que está libre, que interactúa con otras, que tiene mucho más espacio para moverse. Sus niveles de lípidos en sangre son diferentes a los de un animal que está encerrado todo el día moviéndose alrededor de un metro cuadrado. Aquí tienen una superficie para moverse entre 7.000 y 8.000 metros cuadrados.
—¿Es porque siempre has tenido conciencia ecológica o porque en un momento dado decidiste hacer todo este proceso de esta manera?
—Dentro del sector se me considera un poco friki porque siempre he pensado que el animal que nos alimenta y con el que tenemos el deber y la obligación de cuidar, tenemos que darle el mayor bienestar posible. Siempre he defendido cómo se le puede dar bienestar a un animal que vive toda su vida en una jaula. La gente de mi sector no está de acuerdo conmigo. Yo creo que una gallina que vive toda su vida pisando alambre y encerrada, nunca será igual a otra que se mueve libremente. Está muy lejos.
—¿Y esto lo valora el consumidor?
—Hay consumidores a los que les da igual, que dicen “un huevo es un huevo así que dame el más barato y ya”, y hay otros consumidores -gracias a Dios cada día hay más- que vienen a las grandes superficies y decir “No, no, dame un huevo de una gallina sin jaula, porque me preocupa de dónde viene”. Su precio es un poco más caro. Y ahí es donde somos los más fuertes de España, en este sentido.
—Tiene 200 trabajadores directos y 500 indirectos. Es una de las empresas más importantes del sector tanto a nivel nacional como internacional.
—En alimentación libre de jaulas somos el número uno en España. Luego, en cuanto a número de pollos, hay empresas en España que son más grandes que nosotros, pero tienen muchas jaulas. Y en Europa estamos entre los primeros con gallinas libres de jaulas. Es muy chocante que haya un español que sea líder en España con tanta producción, casi dos millones de gallinas libres de jaula. Y no porque se lo hayan impuesto sus clientes, sino porque realmente tiene conciencia: una gallina no debe vivir en una jaula. En Alemania, en Noruega, en Suecia choca menos, pero en España mucho.
“¿Cuándo decidiste que las gallinas deberían estar libres?”
—En unas charlas que di en Panamá en 2016, ya estaba en el ‘runrun’ porque me gusta mucho pasar tiempo con las gallinas y aprender de los veterinarios, y aunque en 2002 hubo una transformación de jaula enriquecida, me di cuenta que esto era no alcanza para el bienestar animal, que una gallina deba salir de su hábitat para desplegar sus alas, volar, planear, relacionarse con otras, saltar, moverse libremente, hacer sus baños de arena… y en 2016 emprendí una carrera propia en Rujamar para eliminar las jaulas lo antes posible. Había hecho una inversión importante en 2012, pero consideré que a pesar de la inversión había que eliminar las jaulas, algo que hice en 2018.
“Eres un pionero.
—Mira lo avanzados que éramos para el momento en que hoy, cinco años después, todos los grandes productores de España están iniciando el proceso de transformación (en el mejor de los casos se han transformado al 50%). Puede que me califiquen de friki, de ecologista, pero soy el primero en eliminar las jaulas en España y precursor del movimiento wellfair, eso te lo garantizo.
—Imagino que el amor por las gallinas viene de tu infancia.
—La empresa empezó en 1984 con actividad y desde pequeña iba con mi padre a ayudarle en las vacaciones. En 2002 la empresa empezó a crecer y crecer hasta estar donde estamos ahora: casi dos millones de pollos y 200 empleados.
—Otra característica de vuestra empresa es que han hecho una fuerte apuesta por las energías renovables.
—Rujamar no entiende un crecimiento en número de aves o facturación sin que sea sostenible, respetando el medio ambiente y el bienestar animal. Todos nuestros núcleos disponen de energía solar, una apuesta por reducir cada año la huella de carbono -que muy pocas empresas del sector agroalimentario-, tenemos todas las gallinas libres de jaula en todos los núcleos, también apostamos por algo que es muy innovador: la tecnología cadena de bloqueslo que permite conocer la trazabilidad del huevo a través del código QR de forma inmediata e inalterable de todos nuestros productos.
“Creo que incluso les hacen ultrasonidos a los óvulos.
“Los seleccionadores que tenemos tienen cuatro virtudes. Los huevos se escanean para ver si tienen carne o sangre adentro; se realiza un escaneo externo para ver si el huevo tiene alguna imperfección; otro detecta microfisuras y otro que mata con ultravioleta posibles salmonelas u otras bacterias que pueda portar el huevo. Los huevos de Rujamar, con las vacunas, estos cuatro extras y una alimentación adecuada, son huevos top en todos los sentidos.
—¿Top también en precio?
—En el precio tratamos de ser lo más competitivos posible y muchas veces genera mucha frustración porque el consumidor no sabe diferenciar lo que es Rujamar y nos compara con otros productores que no invierten en tecnología, sostenibilidad o bienestar de los animales. Y muy raramente este costo se refleja en el precio de la docena final.
—¿Qué margen de precio superior puedes tener sobre el resto?
—Entre un 18 y un 20% más de coste de producción que un consumidor que no apuesta por nuestras tecnologías. Pero rara vez lo hacemos, lo que significa que mi margen de beneficio es menor que el de otras empresas que no hacen estas cosas. Aunque confío en que mañana la gente podrá apreciarlo y entender por qué somos diferentes a los demás.