Fue como si estuviera muerta


Los luceros están puestos en Francia, en concreto en el entendimiento contra un hombre dibujado de drogar a su mujer durante diez primaveras para que 51 personas la violasen. Por primera vez, la víctima sube al estrado y cuenta su terrible experiencia frente a los acusados, que conveniente al número, no hay suficiente espacio en el banquillo y tienen que sentarse unido al manifiesto .

La mujer de 71 primaveras y con tres hijos, ha contado como había quedado “convertida en ruinas” por la traición de un hombre al que había considerado un tipo correctamente intencionado y agradable” durante un casorio de 51 primaveras. Rodeada de sus abogados y de sus hijos, la mujer enfrenta un entendimiento que se alargará hasta el 20 de diciembre, donde declararán acusados, de entre 26 y 74 primaveras, y cargo.

La historia desgarradora comenzó en 2011 cuando el electricista retirado Dominique Pelicot, de todavía 71 primaveras, drogó a su mujer, dejándola indefensa, e invitó a desconocidos mediante internet para que tuviesen relaciones sexuales con ella.

Pelicot usaba, según ‘The Sun’, sedantes muy fuertes que esparcía sobre su cena y dejaba a Gisele con una pérdida de memoria tal que temió tener Alzheimer. La víctima no tenía ni idea de lo que le sucedía en esos vacíos de memoria. Lo supo cuando la Policía descubrió los crímenes secretos de su marido y se lo contaron.

Inspección fija a su marido y rota en lloriqueo

Gisele llegó al entendimiento con el permiso de que las cámaras y medios que se encuentran en el proceso puedan grabarla, ya que renunció a su derecho al anonimato. De hecho, ha desafiado las demandas de la fiscalía y los abogados defensores de que se prohíba a los periodistas y al manifiesto ingresar al tribunal. Tiene el objetivo de poner el foco en estos casos, ya que el suyo no es el único en el que se droga a una persona para posteriormente pasarse de ella.

Vestida de rojo, miró a su marido, Pelicot, fijamente y dijo al éter: “Mi marido me sacrificó por estas obscenidades”. Entre llantos, Gisele contó que “era una mujer drogada y abusada”, que era “como si estuviera muerta”. “Me trataron como a un trozo de carne”, relata.

El marido de la víctima y cabecilla de estos encuentros, se ha manifiesto culpable de violación unido con otros 13 hombres. Ha sido enviado a prisión preventiva y se sospecha que reciba una sentencia de 20 primaveras de prisión.

Sin secuestro, 35 de los acusados niegan que hayan participado en esto y uno está prófugo. De hecho, el número de atacantes que se ha restringido a 51 en este proceso jurídico, entre los que figuran un concejal, un auxiliar técnico sanitario, un bombero, un trabajador de informática, un vigilancia de prisión, un periodista… Según la investigación, se cree que los participes de estos hechos asciende hasta a 83, pero no se pudo identificar a todos. Uno de los hombres tuvo relaciones con Gisele con VIH, por consiguiente puso su vigor en peligro

Muchos de ellos relatan que pensaban que las violaciones estaban permitidas, porque “es su esposa, y él hace con ella lo que quiere”. Otro alegaba a los agentes que pensaba que tenía que ser admitido porque estaba ilustración en vídeo.

Las primeras señales

Poco andaba mal y Gisele lo sabía. Se casó con Pelicot en 1980 y con él tuvo dos hijos y una hija. Todo parecía ir corriente hasta que notó que comenzó a perder rizo y peso de forma descontrolada. Pero las señales más evidentes eran las lagunas de memoria que tenía. Poco que hizo saltar sus alarmas e hizo que le preguntase a su marido si la estaba drogando. Con lágrimas en los luceros, Pelicot le preguntó: “¿De verdad crees que podría hacer eso?”. Hasta llegaron a ir al médico juntos, donde el profesional le dijo que Gisele podría tener sufrido una “convulsión cerebral”.

Hace cuatro primaveras, en septiembre de 2020, Pelicot fue detenido por aprender a mujeres por debajo de la falda en un supermercado de la ciudad de Carpentras. Con voz frágil, Gisele le dijo a la sala repleta: “Estábamos en la cocina cuando él se sentó y rompió a gimotear. Dijo que había hecho poco tonto. Le pregunté qué había hecho. Dijo que lo habían pillado en un supermercado de Carpentras filmando bajo las faldas de las mujeres. Le dije: “Te perdono, porque nunca hemos tenido problemas en 50 primaveras, pero no habrá una próxima vez, de lo contrario me iré”, relata Gisele.

Esto, activó las alarmas e hizo que, en el contexto de investigación al dibujado, descubriesen los horribles hechos. La policía requisó el el teléfono móvil y el ordenador portátil del dibujado y descubrió la friolera guarismo de 20.000 vídeos y fotografías. Muchas de ellas metidas en una carpeta titulada “injusticia”, donde se veía a varios hombres realizando actos sexuales a Gisele mientras ésta se encontraba inconsciente.

Desde no usar colonia para que Gisele no se diese cuenta, hasta cambiarse de ropa en otra habitación para que ningún objeto extraño se quedase en la estancia donde estaba Gisele… La elaboración de este crimen por parte de Pelicot estaba correctamente organizada. “Nunca me desperté con una ropa diferente”, cuenta la víctima que alegó en presencia de la pregunta de si había consentido tener relaciones sexuales con alguno de los acusados, ser “un insulto a su inteligencia”. “Estos individuos eran plenamente conscientes del estado en el que me encontraba”, clama.

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