El Archivo Municipal reproduce en su web, entre otros documentos, cerca de 400 fundas de hojas de afeitar, la mayoría de hace unos cien primaveras
Tras el verano, el Archivo Municipal de Toledo vuelve a la carga con una nueva exposición supuesto titulada ‘Toledo y la fabricación de cuchillas de afeitar’ en la que se relata una actividad desarrollada en Toledo hace casi un siglo en la Factoría de Armas. Y es que, como asegura el archivero, Mariano García Ruipérez, «pocos saben que en este establecimiento, por otra parte de todo tipo de armas, se elaboró diferente material quirúrgico…, yuxtapuesto con otros productos tan variados como las navajas, maquinillas y cuchillas de afeitar».
Según relata, todo surgió por la penuria de dar trabajo a los obreros de la Factoría Doméstico tras reducirse notablemente en ella la producción de armamento tras la pacificación de Marruecos en 1926. Así, la producción de cuchillas de afeitar en la Factoría Doméstico empezó a gestarse en 1927. Y Toledo llegó a tener auge en toda España por este producto del que las «autoridades toledanas se sentían orgullosas y era habitual que las personalidades que nos visitaban, como la comitiva que caldo de Toledo-Ohio en 1934, fueran obsequiadas con paquetitos que contenían las famosas hojas ‘Toledo’ especialmente si se acercaban a la Factoría». Por aquellos días, cuenta García Ruipérez, se producían en la Factoría Doméstico diariamente en torno a 20.000 cuchillas. Y estas cifras posiblemente se mantuvieron hasta el aparición de la Aniquilamiento Civil, en julio de 1936, «puesto que entendemos que la contienda bélica puso fin a esta actividad en Toledo».
De esos primaveras se conserva, adentro de la Colección Alba, un extenso referencia mecanografiado, firmado el 19 de septiembre de 1932 por el coronel Mario Soto Sancho, director de la Factoría Doméstico, bajo el título de «Estudio técnico de la fabricación de Hojas-Cuchillas de Afeitar», que incluye «precisos datos técnicos y fotografías de las máquinas empleadas en su elaboración». Ya en la período de 1960 aparecieron en el mercado las maquinillas desechables, «cuya fabricación fue poco a poco copada por dos marcas concretas, una chaqueta (Gillette) y otra inglesa (Wilkinson) que supuso el principio del fin de las cuchillas de afeitar» en Toledo. Aquí se puede leer el documento completo.