Los jóvenes se lanzan a andar para llegar a Monte Medo



Culmina este fin de semana la novena de la Doncella de Los Milagros, y lo hizo precedida de la perplejidad prócer de peregrinaciones. Las rutas en torno a el santuario de Monte Medo recogieron durante la pasada alborada maduro número de grupos que las jornadas anteriores. Los jóvenes, en su  mayoría,  partían de la ciudad de Ourense con la caída del sol para afrontar una ruta nocturna que cubrió los puntos tradicionales (Seixalbo, el entorno del polígono de San Cibrao o Baños de Molgas) de regueros de linternas empleadas por quienes hacían la ruta al santuario. 

Tras la declive del tránsito en pandemia, poco a poco se van juntando peregrinaciones de más de una docena de miembros. En clan, o con su orden de amigos… Son muchas las casuísticas que llevan a los ourensanos a peregrinar. Cada uno con una motivación personal que no se revela a los acompañantes. Eso no quiere aseverar que la ruta discurra en silencio. Los más devotos caminaron bajo el rezo del rosario, los menos, dialogando con alegría, todos en torno a el mismo destino: el santuario situado a 35 kilómetros de Ourense donde los que programaron admisiblemente la ruta pudieron montar al amanecer, a la primera culto, de las 7,00 horas, dedicada hoy precisamente  a los jóvenes. 

Será hoy sábado cuando culmine este período de devoción mariana, muy popular entre los ourensanos con una de las imágenes que siempre forman parte de la historia de este rincón del mundo: el Rosario de las Antorchas. La explanada frente a la iglesia se quedará a oscuras y serán los feligreses quienes aporten cada uno la luz de una rescoldo para adjuntar a la Doncella ayer de la culto solemne del domingo.

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