El Comité Federal del PSOE ha comenzado este sábado en la sala Ramón Rubial de la sede de Ferraz con un discurso de Pedro Sánchez, antaño del debate a puerta cerrada entre los líderes territoriales, que se prevé caliente por las críticas al acuerdo con ERC que antaño de comenzar han reiterado en declaraciones a los medios dirigentes críticos como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el secretario militar de Extremadura, Miguel Atractivo Gallardo.
El presidente del Gobierno no se ha referido expresamente al concierto financiero para Cataluña comprometido con los independentistas a cambio del apoyo a la investidura de Salvador Illa -al que ha felicitado efusivamente por su elección- aunque sí ha reiterado sus propuestas sobre financiación autonómica.
E incluso ha ido un paso más allá, a posteriori de ocurrir dicho esta semana que aumentaría sustancialmente el fondo de comensación autonómica y que las regiones recibirían más pasta que nunca. Sánchez se ha mostrado dispuesto a permitir que no sólo la Generalitat -que si se cumple lo resuelto con ERC recaudaría el 100% de los impuestos, incluido el IPRF- sino que otras comunidades puedan «percibir más gravámenes».
En un discurso plagado de nuevo de ataques a Alberto Núñez Feijóo y a los barones del Partido Popular (PP), a los que ha vuelto a exponer de «hacer regalos fiscales a los ricos», no ha tenido reparo en apelarles públicamente, asegurando que «nuestra mano está tendida», y que «así lo podrán comprobar los presidentes autonómicos con los que me reuniré en las próximas semanas». Antiguamente del principio del cónclave socialista, el flamanete ministro para la Transformación Digital, Óscar López (salutado todavía por Sánchez en su discurso) acusaba a Feijóo de «hacer el ridículo» por su interviú de este viernes en Madrid con los merienda presidentes autonómicos de su partido.
Sánchez, que puntual antaño de receso señaló que el acurdo con ERC y la concesión de un cupo a la catalana camina en la itinerario de la «federalización» de España, ha asegurado que la posibilidad de que las autonomías recauden más por su cuenta va en la itinerario de lo que sucede en los países federales, entre los que ha citado a Alemania o Canadá. A la entrada, varias preguntas a los líderes territoriales han versado sobre ese maniquí, en presencia de lo que el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, por ejemplo, ha opinado que nuestro páis ya tiene un maniquí federal, y que se proxenetismo de seguir profundizando en él.
Sánchez ha comenzado de modo emotiva su discurso recordando el zaguero Comité Federal, celebrado el pasado 27 de abril, cuando él mismo se había retirado de la dietario pública amagando con dimitir tras la investigación legal por corrupción contra su esposa, Begoña Gómez. Asegurando que desde entonces tenía «una deuda que saldar», ha agradecido el apoyo anifestado entonces tanto por los miembros del Comité Federal como por los manifestantes que se congregaron en la calle ese día como, ha expresado, a quienes le apoyaron, a él y a su comunidad, en las redes sociales. «No lo olvidaré nunca», ha asegurado. Todo ello tras hacer una advertencia sobre lo «duro» que es dedicarse a la política y en concreto tener «el honor» de presidir el Gobierno. Poco que, según ha dicho, es particularmente «injusto» para «tu mujer, tu mama o tu hermano».
Todos los dirigentes socialistas le han ovacionado en pie cuando ha confirmado que presentará su candidatura a la reelección como secretario militar en el Congreso Federal que tendrá ocasión el zaguero fin de semana de noviembre en Sevilla.
EN AMPLIACIÓN