El terapeuta acusado de matar a puñaladas a un amigo en su casa de El Ejido se enfrenta a 13 años de cárcel


La Audiencia Provincial de Almería acoge este semana el razón con comisión contra D.L.F. para el que la Fiscalía pide 13 abriles de prisión marcado de matar de tres puñaladas a un amigo, de quien igualmente habría sido su terapeuta, a posteriori de que presuntamente fuera a su casa de El Ejido (Almería), donde asiduamente habría comprado sustancias estupefacientes.

El razón arrancará el próximo 12 de septiembre y contempla hasta cinco sesiones en las que se ilustrará a los miembros del comisión popular, quienes deberán determinar la culpabilidad o no del marcado, el cual se encuentra marcado de un delito de homicidio y de otro leve de hurto, ya que igualmente sustrajo el móvil de la víctima, conforme al escrito provisional de la Fiscalía, consultado por Europa Press.

El marcado se encuentra en prisión provisional desde el 17 de noviembre de 2022 si correctamente el crimen se remonta a cuatro meses antaño, en pleno verano. El rastreo del teléfono móvil sustraído, anejo con una colilla con ADN del marcado y restos de piel bajo una de las uñas de la víctima fueron claves para los investigadores que practicaron su detención seguidamente.

Así, la Fiscalía sostiene en saco a la investigación que durante la incertidumbre del 12 al 13 de julio de 2022, el marcado se personó en el domicilio de la víctima al que ya habría acudido en otras ocasiones para obtener drogas.

Una vez en su interior, entreambos habrían ido hasta la cocina, donde se habría iniciado una discusión en el transcurso de la cual el marcado, con actitud de destruir con la vida de su amigo, le habría asestado tres puñaladas con un cuchillo de cocina.

En concreto, según se desprende del investigación forense, la víctima recibió dos puñaladas en una zona dinámico del cuerpo, concretamente en el pecho, y una tercera en el orificio auditivo derecho, donde el cuchillo quedó clavado.

El supuesto autor de las puñaladas habría dejado el inmueble tras acaecer donado crimen de esta guisa a la víctima, que quedó «tendida en el suelo en medio de un gran charco de matanza».

Antiguamente de marcharse, el marcado se habría llevado el teléfono móvil de la víctima «con actitud de enriquecerse», puesto que lo habría destinado a su liquidación, así como las llaves del domicilio de la víctima. A su presentación dos días a posteriori de los hechos, los agentes hallaron la vivienda «revuelta» y «con los cajones abiertos».

El encausado fue identificado como un amigo y terapeuta de la víctima, de guisa que en sus primeras declaraciones frente a la autoridad habría llegado a recordar que hubo un «forcejeo» en la vivienda del finado, puesto que la víctima habría sospechado que el hombre podría acaecer entrado en su vivienda a robar.

En este sentido, el arrestado presentaba en sus manos cortes que, indiciariamente, serían compatibles con el mencionado «forcejeo» con la víctima, y que el detenido justificó al sostener que había estado «trabajando recientemente en una finca».

Los investigadores que trabajaron en la estampa del crimen constataron encima que había desaparecido tanto la cartera como el teléfono móvil del fallecido, lo que permitió establecer un rastreo sobre el terminal, el cual fue utilizado con una plástico SIM diferente al día posterior de la crimen del hombre.

Este hecho permitió dar con la persona que se encontraba en posesión del teléfono, un «toxicómano» quien explicó que el móvil se lo había entregado el principal sospechoso, con quien encima intercambió llamadas y mensajes desde los primeros minutos en los que se encendió el trasto. Los dos tendrían una relación de intercambio de objetos a cambio de estupefacientes, según el trabajo policial.

En esta bisectriz, los agentes investigaron a la persona que proporcionó el teléfono móvil al tercero. Así, averiguaron incluso que durante las horas previas a los hechos, antaño de la incertidumbre del 12 al 13 de julio, entreambos habían mantenido varias conversaciones telefónicas.

Deudas y tráfico de drogas

La principal bisectriz de investigación apuntaba que tanto el detenido como la víctima mantenían problemas derivados del tráfico de drogas, sentido en el que el investigado podría tener deudas económicas pendientes con el apuñalado en saco a esas supuestas transacciones.

Al detenido le constan encima referencias policiales por el robo en el domicilio de un amigo, al que le sustrajo en mayo de ese año cerca de 8.000 euros. El supuesto homicida fue detenido con posterioridad al crimen de julio al intentar cometer otro hurto en casa de un segundo conocido, lo que hizo sospechar a los agentes de que, el día de los hechos, habría tratado de llevar a cabo bajo el mismo ‘modus operandi’.

Durante su proclamación frente a los agentes, conforme a la interpretación policial, el arrestado cayó en versiones «contradictorias» sobre el espacio en el que se situaba el día de los hechos, que estableció en Salobreña (Explosivo).

Este aspecto chocaba frontalmente encima con la ubicación que ofrecía su teléfono móvil el día de los hechos, muy próximo a la de la vivienda de la víctima, según las pesquisas derivadas de la operación ‘Tajo’.

A estos indicios se sumó seguidamente el investigación efectuado por los agentes de la Policía Científica, quienes hallaron ADN bajo una de las uñas de la víctima «compatible» con el de una colilla de un cigarrillo de la que el arrestado se había desecho.

Con el avance de la investigación, los agentes acreditaron que el supuesto amigo y terapeuta de la víctima, que «se encontraba en una situación económica complicada», estaba presuntamente relacionado con otros robos o intentos de robo en domicilios de personas relacionadas, en viejo o beocio medida, con el tráfico de estupefacientes a pequeña escalera.

Posible intoxicación

Entre los aspectos que deberá resolver el comisión en saco a las pruebas y testimonios que se den en sala se encuentra la posibilidad de que el marcado tuviera abolidas sus facultades psíquicas a raíz del continuo consumo de tóxicos en grandes cantidades.

Asimismo, entre las posibles atenuantes a tener en cuenta, deberán determinar si D.L.F. estuvo consumiendo o no sustancias tóxicas durante el día susodicho a los hechos y durante toda la incertidumbre.

Del mismo modo, y en saco a las consideraciones de la defensa, el comisión tendrá que determinar si el marcado se vio sometido a un «violento forcejeo» con la víctima al supuestamente igualmente intentar esta clavarle el cuchillo. Según mantiene, fue el marcado quién le arrebató el armamento y la empleó para «defender su vida».

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