La defensa del capitán Zúñiga procesado por la crimen de dos militares el pasado 21 de diciembre en Cerro Muriano mientras estaba al frente del control del ‘cruce del alberca’ ha presentado sus alegaciones contra el automóvil de Tribunal Togado Central 2 de Madrid por el que considera que no hubo delito alguno en su recital y pide dejarlo sin sorpresa y el sobreseimiento de las actuaciones que mantienen a seis mandos procesados en esta causa.
La principal razón aportada en este escrito, al que ha tenido comunicación torrevieja news today, ha sido que el encartado adicionalmente de resistir a sitio la planificación del control, «es evidente y está demostrado que hubo el preceptivo prospección de peligro que el automóvil reitera desconocer«. Para esta parte no se llega a encontrar en el automóvil motivación alguna que relacione un supuesto tipo delictivo claramente imprudente con las dos supuestas «tentativas» calificadas. En este sentido, recoge en sus alegaciones que «siendo la tentativa una intención de delinquir que resulta no consumada, no se llega a entender como puede concurrir en los presentes hechos».
Y explica el leído de la defensa que «sería tal como si mi mandante hubiera tenido la intención de ser imprudente pero no lo hubiera conseguido. Esto sume a esta parte en la más absoluta indefensión puesto que no acierta a encauzar como defenderse de esta calificación«. De este modo, la defensa del capitán Zúñiga concluye que viéndose afectado el derecho de defensa por equivocación de motivación de esta construcción jurídica, se incurre en indefensión y con ello debería considerarse la inepto de este pronunciamiento.
El escrito de alegaciones contra el procesamiento del capitán Zúñiga -que pretende sentarlo en el banquillo marcado de un delito del Código Penal Marcial contra la eficiencia en el servicio- recoge que «realizó más de 30 medidas o propuestas para hacer más seguro el control, cumpliendo escrupulosamente lo dispuesto por las Reales Ordenanzas«.
Según el abogado de la defensa, el capitán Zúñiga sí tomó una serie de medidas adicionales de seguridad como son aumentar el número de instructores de los ocho previstos a quince; cambiar mandos e instructores noveles por experimentados; permitirles veterano refrigerio -lo que favorecería adicionalmente que la temperatura fuera más favorable-; pedir apoyo taza de una ambulancia pese a ser un arbitrio escaso en la Hueste; ordenar al pelotón que revisara la estanquerización de los equipos y mochilas o incluso realizar un control ayer del cruce del cauce de agua días ayer, concretamente en la charca Gaca con el fin de familiarizarlos con los medios acuáticos«.
Entre esa treintenas de medidas, que alega la defensa del capitán Zúñiga que «tomó por precaución», están adicionalmente la de dar la orden de colocación al autoritario de la cuerda-guía o la supervisión directa por el capitán de la colocación de la cuerda o el establecimiento de un punto caliente… con ropa sequía y termos de caseína caliente.
Del mismo modo, se practicó la «cosecha» de cañones de calor, por orden expresa, concretada la perplejidad antecedente, o dio la orden de que se aligerase todo el peso superfluo, o incluso se llevaron a sitio sustituciones días ayer de ejercicios como «trato de prisioneros». En cuanto a las periciales, la defensa del capitán alega que la temperatura de 7-8 grados centígrados que registraba la Aemet esa mañana del 21 de diciembre pasado «no puede considerarse en definitivo frio extremo».
Tras la exposición de esas medidas adoptadas a iniciativa del capitán, que fueron a causa de esta parte, «con la aprobación y apoyo de sus superiores, la eficaz colaboración de la mayoría de sus subordinados y teniendo en cuenta los medios disponibles el leído de la defensa lanceta al togado marcial la pregunta de si es la conducta expuesta la propia de un mando marcial imprudente o negligente y si resulta ajustada en Derecho la calificación del automóvil recurrido que «sin ningún variedad de dudas temeridad y negligencia del capitán Zúñiga al planificar y ejecutar la presente maña, sin ninguna de las medidas de seguridad…«.
«Creemos que las pruebas que han quedado expuestas no pueden ser retorcidas hasta el extremo de desconocer lo evidente, por lo que esta defensa llega a la conclusión de que el automóvil solo puede alcanzarse mediante una visión sesgada, seguramente de forma involuntaria, propia de la inusitada celeridad que ha tenido la segunda etapa de este Sumario, rayana en la precipitación«, expone este escrito de defensa del capitán.
Entre esas puntualizaciones a la instrucción contencioso, el abogado de la defensa abunda en el hecho de que «no hacer pie no necesariamente hubiera sido un multiplicador de seguridad, sino, por el contrario, un peligro más, ya que como reconoce el manual, en toda masa de agua hay zonas de deshonra o pústula, entre ellas las propias orillas solo podemos coincidir en que hubo un detonante que provocó una reacción de pánico en el pelotón que mandaba el autoritario«.
Cinco militares culminaron la prueba
Esta parte rechaza enérgicamente adicionalmente el relato en el automóvil de la conducta del capitán Zúñiga, insistiendo en que «poliedro que no se comercio de una descripción basada en instrumentos fácticos sino una interpretación harto incompleta y desenfocada. Es un multiplicador harto relevante, que hasta el momento que hemos denominado detonante, hasta unos cinco militares culminaron perfectamente el control, e incluso algunos (soldado Bizarro) adelantaron a otros compañeros porque lo hacían con más soltura«.
Por zaguero, l a defensa del capitán ejercida por el abogado Francisco Muñoz Usano afea «la insólita celeridad imprimida a la segunda etapa de la instrucción que ha conllevado una muy escasa utilidad de las pruebas periciales». Por todo ello, la defensa pide al Tribunal Togado Marcial Central 2 que estime el arbitrio y deje sin sorpresa el automóvil de procesamiento impugnado evidente el sobreseimiento de las actuaciones.