La Justicia da la razón a los celadores expulsados por Armengol sin título de catalán


Dos abriles y medio posteriormente de que Francina Armengol expulsara a 2.500 celadores de las bolsas de trabajo de los hospitales públicos de Baleares por no tener el título de catalán, la jurisprudencia dictamina en primera estancia que esta intrepidez fue disconforme a derecho y obliga al Servicio de Sanidad a readmitirlos.

Un Supremo de Palma ha legado la razón a los celadores que interpusieron una demanda colectiva contra el Gobierno de la socialista en enero de 2021, a través del despacho Florit Abogados, tras ser excluidos de la modernización de la bolsa única de empleo por no acreditar un título B1 de conocimiento de jerigonza catalana.

Lo que ocurrió es que muchos trabajadores ya estaban apuntados al bolsín normal antiguamente de que Sanidad convocara un ‘corte’ (modernización) de la bolsa. La sorpresa fue cuando los empleados fueron a aportar sus méritos y la empresa los baremó con un nuevo criterio lingüístico (pidiendo un B1), los echó.

Ahora la sentencia fechada el 2 de septiembre de 2024, a la que ha tenido acercamiento torrevieja news today, considera que el precedente Gobierno balear formado por PSOE, los nacionalistas de Més y Podemos, atentó contra los derechos adquiridos de estos trabajadores al cambiar los requisitos a posteriori. Sostiene que no es posible imponer nuevos requisitos a los aspirantes que ya formaban parte de una bolsa porque ya habían acreditado los requisitos exigidos inicialmente en una convocatoria.

La Sala, luego, anula la resolución del IB-Salut donde se les expulsaba y reconoce el derecho de estos celadores a ser admitidos en la bolsa definitiva de personas admitidas. Contra esta sentencia junto a arbitrio delante el Tribunal Superior de Razón de Baleares (TSJB) y será el coetáneo ejecutor de Marga Prohens, que suprimió el requisito lingüístico en la sanidad cero más ganar al gobierno, quien decida si recurre esta intrepidez sumarial contra los celadores.

«Muchos compañeros se fueron a la península por la imposición del catalán y otros llevan abriles sin trabajar», lamentan los damnificados por la política gramática de Armengol». El chat de celadores echa humo y coinciden en que la información llega tarde para muchos. Los demandantes encajan con prudencia esta sentencia a la dilación de la intrepidez del área de Sanidad, ahora del PP, y aunque reconocen que es una «herencia del precedente gobierno de Armengol», ahora el coetáneo ejecutor tiene en sus manos «hacer jurisprudencia» con ellos. Nadie de ellos ha querido hacer declaraciones públicas a la dilación de que el director normal del Servicio de Sanidad se pronuncie e incluso piden que se reúna con ellos.

Como avanzó torrevieja news today, el verano de 2021 Sanidad convocó un concurso de méritos para la confección de una bolsa de interinos para que «se pudieran inscribir nuevos aspirantes y para que los candidatos inscritos pudieran incluir nuevos méritos», indicaba la convocatoria a la que se presentaron unos 7.000 aspirantes . En el mes de noviembre se publicó la resolución en la que se rechazó a 2.500 trabajadores, pese a que muchos de ellos ya estaban adentro de la bolsa de 2018 trabajando como interinos. Los demandantes fueron excluidos al considerarse que no acreditaban el nivel de capacitación gramática necesaria (B1), un nivel superior al dispuesto en la Resolución que convocaba la bolsa (A2). «Nos ha pillado a todos por sorpresa. ¿Así nos pagan el esfuerzo de estos dos abriles de pandemia?», se lamentaba uno de los celadores más veteranos, que se quedó sin trabajo pese a aguantar 17 abriles trabajando de celador.

La demanda, planteada por el despacho Florit Abogados, señalaba que el conocimiento del catalán «no puede ser causa de pega del procedimiento selectivo y menos aún en el caso del personal ya inscrito». «Genera inseguridad jurídica manifiesta a los afectados, en este caso excluidos de la serie única por la aplicación a posteriori y de forma rigorista de un requisito anteriormente no requerido o al menos suavizado en su aplicación o exigencia», argumentó el sabio Ernesto Florit, que no entraba a cuestionar la política gramática sino que se centraba en que esta bolsa de trabajo se abrió para poner al día méritos y para nuevas incorporaciones; sin incautación, «lo que sucedió, es que se echó a muchedumbre, que era poco no previsto. Ahí está el núcleo de la demanda».

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