Cambiarán las plagas, las enfermedades, los hábitats y las especies… El cambio climático así lo va a forzar. Por ello, es necesario contar con profesionales especializados en la encargo forestal. Y esos son los Ingenieros Forestales y los Ingenieros de Montes. Sin retención, las facultades donde se imparten estas disciplinas no están llenas, y en los próximos abriles se producirán cientos de jubilaciones. Actualmente, el paro en estas profesiones es del 2 %, lo que significa que es prácticamente inexistente.
Se necesitan al menos 5.000 gestores forestales para diseñar nuevas estrategias contra el cambio climático
Luis Ocaña, portavoz del Colegio de Ingenieros Forestales, afirma que la prioridad será ayudar a nuestra naturaleza a adaptarse a este cambio climático, provocado en parte por el ser humano. Este es un desafío crucial, ya que más de la porción del distrito gachupin está formado por bosques, concretamente el 55%. Adicionalmente, Ocaña señala que con el renuncia de la grey extensiva y de los pueblos, la despoblación hace que las tierras abandonadas se conviertan en suelos forestales, lo que expande el bosque y requiere de una encargo adecuada. La equivocación de encargo, por ejemplo, conduce a incendios forestales descontrolados y a la pérdida de biodiversidad.
Eva Martínez Garcés, Técnica de Dirección Forestal Sostenible de PEFC e Ingeniera de Montes, confirma que ya se está trabajando intensamente en hallar nuevas plagas y enfermedades que podrían afectar a nuestros bosques conveniente al aumento de las temperaturas. Eva destaca que hay una gran demanda de trabajo en este campo y anima a los jóvenes a estudiar estas ingenierías, ya que representan una excelente opción para quienes buscan un empleo fuera de las ciudades. Asimismo subraya que es crucial que las mujeres se abran camino en un sector forestal muy masculinizado y que este es un momento histórico esencia: los gestores forestales tienen la comisión de exceptuar nuestros bosques, uno de los grandes patrimonios de España, del cambio climático, que amenaza con destruir muchos hábitats.
Los bosques atrapan CO2, retienen el agua y ayudan a frenar la despoblación
Luis Ocaña añade que ya se está investigando en especies como las encinas de Marruecos o los castaños de Turquía, adaptadas a condiciones de veterano calor y último disponibilidad de agua, para padecer su implantación controlada en algunas zonas de España como una logística para combatir el cambio climático. Garajonay, la Dehesa extremeña, el bosque mediterráneo, los hayedos, robledales, alcornocales y los bosques húmedos del meta… Todos forman parte de España y es necesario trabajar para conservarlos de todas las formas posibles, especialmente salvaguardando lo autóctono. No hay tiempo que perder. Se necesitan al menos 5.000 ingenieros forestales más en nuestros montes. Serán los sabios de la foresta —ingenieros, biólogos, agentes medioambientales, científicos, expertos en cambio climático, ecologistas y la sociedad civil implicada— quienes salvarán nuestro patrimonio natural.
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