En Polonia, cerca de la ciudad de Glogow, un hombre de 35 primaveras ha sido arrestado tras ser acentuado de encerrar a una mujer en un almacén cuatro primaveras. Durante todo este tiempo la sometió a violaciones, vejaciones y agresiones, siendo acentuado de injusticia mental, físico y sexual.
La víctima, que ha sido identificada por su nombre de pila, Malgorzata, consiguió escapar luego de ser trasladada al hospital el 27 de agosto por un hombro dislocado. En el centro médico, relató a una paciente las violaciones y torturas que sufría repetidamente.
“Mientras la mujer estaba en el hospital, comenzó a dialogar con otra paciente sobre lo que le había sucedido. Hablaban en confianza, pero la paciente alertó a los médicos sobre lo que le había sucedido”, ha informado una fuente cercana a la investigación a ‘MailOnline’.
Los médicos observaron que la víctima había sufrido graves daños faciales. Según las informaciones proporcionadas, “la mujer ahora no tiene labios conveniente a todo lo que le había hecho. Su cara está cubierta de moretones y solo tiene un agujero campechano, sin los labios, donde está su boca”. Encima, el resto de su cuerpo estaba repleto de abrasiones y cicatrices.
La víctima relató que el acentuado estaba “haciendo algún tipo de prueba” con ella. “Estaba experimentando y probando diferentes cosas con ella”, aseguró una de las fuentes consultadas.
A su vez, Malgorzata informó acerca de que el acentuado la dejó en estado de buena esperanza y la obligó a dar a su hijo en prohijamiento, a pesar de que ella quería quedarse con él.
No era la primera vez que iba al hospital
Durante los cuatro primaveras de cautiverio, Malgorzata había asistido al hospital en varias ocasiones, una de ellas para dar a luz. Sin bloqueo, nunca se atrevió a sostener carencia, ya que temía las represalias que pudiese tomar su atacante.
Malgorzata relató su experiencia en el medio locorregional ‘MyGlogow’, en el que explicó que “no podía decirle la verdad a los médicos, tenía miedo, y él me amenazó con que si me quejaba, empeoraría aún más”.
La víctima relató que, cuando Jach la llevaba al hospital, le ponía un pasamontañas para que no pudiese ver donde vivían. “Incluso me ponía el pasamontañas cuando me sacaba por la tenebrosidad a lavarme. A veces me rociaba con una manguera, pero si era obediente, me daba agua tibia”, expresó Malgorzata.
Una de las veces acudió al hospital con un extremidad y una pierna rota, lesiones que los fiscales achacan a Mateusz J.
Finalmente, el año pasado incluso necesitó cirugía por unas lesiones en el ano.
Se conocieron por una app de citas
Malgorzata conoció a Mateusz en el 2019, cuando tenía 20 primaveras, a través de una web de citas. Tras conversar un tiempo, decidió recorrer a la pueblo de Gaiki, cerca de Glogow en Polonia, para conocerlo por primera vez.
Mateusz atrajo a la víctima a su región y la secuestró, manteniéndola cautiva en un antiguo almacén de animales que estaba en desuso.
Según los informes policiales, la víctima no tuvo camino a productos de higiene, agua corriente, inodoro, electricidad ni calefacción durante los cuatro primaveras de cautiverio.
El almacén estaba sito a unos cuatro metros de otra casa, pero los vecinos nunca llegaron a ver a la víctima. Aun así, alertaron acerca del carácter “solitario” del sospechoso.
Los fiscales incluso alegaron que a Malgorzata solo se le permitía salir del almacén en raras ocasiones y se le restringían las comidas. “Me golpeaba y no me daba comida. Solo me alimentaba mejor cuando ya no me quedaban fuerzas, cuando me dolía el pecho. Probablemente tenía miedo de que yo muriera”, relató la víctima.
El prudencia
Mateusz Jach fue acentuado el pasado 30 de agosto y se enfrenta a 25 primaveras de prisión.
A pesar de los testimonios y las pruebas médicas aportadas, el sospechoso ha inútil en todomomento poseer actuado mal.
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