Una marea de fieles tomó este domingo la cima del Monte Medo, en Baños de Molgas, en el día sobresaliente de Nosa Señora dos Milagros. El buen tiempo acompañó las celebraciones que, desde muy temprano, se desarrollaron en el circuito venerable. Si correctamente fue la ceremonia maduro, la celebrada a mediodía desde el galería, la que llenó los jardines del santuario.
En grupo o con amigos, niños, adultos y mayores siguieron con atención el progreso de los actos religiosos que acabó, tras la procesión, con vivas en honor a “nosa santiña do Medo”. “Non se oíu”, dijo el rector, José Manuel Villar, antaño de pedir que se repitieran nuevamente los vivas a la Virxe dos Milagros y cantarle el cumpleaños adecuado por su aniversario.
Los festejos continuaron posteriormente entre la arboleda y las carpas de churrasco y pulpo ‘a feira’, las atracciones infantiles y los puestos de saldo de velas, dulces y productos textiles, calzado y bisutería en una tradicional romería.
La celebración, donde no faltó el regalo a los emigrantes e inmigrantes, a la grupo, a los jóvenes, a los ancianos y enfermos, ha devuelto el bullicio y el esplendor de antiguamente al Monte Medo, recuperando la afluencia y billete de fieles en los abriles anteriores a la pandemia. Así lo comentaba estos días el rector, José Manuel Villar, quien no quiso clausurar los festejos sin devolver el esfuerzo y la dadivosidad de todas las personas voluntarias que han prestado sus servicios para el correcto progreso del novenario. Desde los hermanos sacerdotes, las hijas de la caridad y sus comunidades, los monaguillos, organistas, corales y las fuerzas de seguridad, Centinela Civil, Protección Civil, Cruz Roja y los equipos sanitarios que -dijo- “desde cada rincón y con su pequeño gran trabajo han hecho posible la estancia y el paso” de miles de personas por el santuario.