Lo último que sabemos es que el cementerio de San Francisco se encuentra muy deteriorado como consecuencia de la falta de mantenimiento y abandono del Ayuntamiento de Ourense, una vez más.
Hay muchas ciudades que tienen el respeto que merecen por sus cementerios, que es como decir que se respetan las almas que allí descansan. Pero esto, por supuesto, es metafísica para quienes son responsables de su cuidado y mantenimiento.
Ya sabemos que entre las lápidas no se capta ningún voto, y perdón por el humor negro, que es lo único que suele interesar a los políticos miopes, como es el caso aquí. Nadie, tampoco, va a lanzar un SOS sobre cómo está el cementerio porque sus habitantes ahora sólo viven en espíritu, y perdón de nuevo por la fácil comparación. Organizaciones como la Asociación de Amigos del Cementerio piden a gritos una solución a este déficit en San Francisco. Algo es algo, que no es poco, aunque no lo es todo.