Las nieblas de la A-8, diez años de peligro sin solución



En los verdes pastizales que disecciona la Autovía del Cantábrico a su paso por los municipios lucenses de Abadín y Mondoñedo, cuando la A-8 comienza a encabritarse para alcanzar el techo de sus casi 600 kilómetros de itinerario, grandes grupos de caballos salvajes pastan bajo las afiladas sombras de las aspas de los molinos eólicos. Pero no siempre es posible verlos pues aquí, a 698 metros de cumbre, en el ya representativo Stop de O Fiouco, la densa niebla acostumbra a cubrirlo todo.

Un rebuscado percance registrado en la zona como consecuencia de la escasa visibilidad el pasado 10 de agosto, en el que se produjeron dos alcances que involucraron a un total de nueve vehículos y que dejaron cuatro heridos, volvió a reabrir un debate, el de las condiciones de seguridad que presenta para los usuarios dicho tramo de la A-8, que nunca había llegado a cerrarse del todo.

Si perfectamente el percance se produjo, precisaron posteriormente desde la Subdelegación del Gobierno, fuera del tramo de balizas antiniebla -el sistema inteligente implantado en 2022 mediante la instalación de luces led en entreambos márgenes de la vía que señalizan la presencia de otros vehículos en la carretera en condiciones de mengua visibilidad- el siniestro trajo a la memoria la tristemente célebre colisión en dependencia acontecida en la zona el fatídico 26 de julio de 2014.

Aquel día, casi medio centenar de vehículos se vieron involucrados en un percance múltiple mientras circulaban por al Stop de O Fiouco en dirección Ribadeo que se cobró la vida de una persona y se saldó con más de 40 heridos. El tramo en donde se produjo el siniestro, los 15,9 kilómetros de vía entre Mondoñedo y Carreira -los más caros acometidos nunca en la Autovía del Cantábrico- habían sido inaugurados hacía tan pronto como cuatro meses.

Diez primaveras posteriormente, muchas cosas cambiaron en el controvertido tramo de autovía que conecta las comarcas lucenses de A Terra Chá y A Mariña central excepto, tal vez, la impenetrable densidad de sus nieblas. “Todos estamos de acuerdo en que el trazado en esa parte de la vía fue un error técnico en el diseño de la autovía. Las condiciones de seguridad fueron alarmantes durante un tiempo y hoy son unas condiciones difíciles pero se ha liberal mucho en seguridad”, aseguró, a modo de valoración universal, el senador del Colección Parlamentario Socialista por la provincia de Lugo, César Mogo.

Lo dice “como senador” pero igualmente, puntualiza posteriormente, “como agraciado habitual” de la vía. Una vía, reconoce, en donde “no es obvio combatir la niebla”, pero que se ganó, a su entendimiento, una excesiva mala reputación: “Hubo un percance dramático hace diez primaveras y ahora recientemente ha habido un percance, pero siquiera podemos al hilo de un percance hacer una propagación o una categoría permanente”, indicó. Con el debate sobre las condiciones de seguridad en la A-8 más candente que nunca, el Profesión de Transportes prepara la puja en 2025 de un nuevo tesina llamado a minimizar los género provocados por la niebla en O Fiouco. 

Un sistema láser de norte de conducción anexo -elegido de entre un amplio pericón de prototipos y opciones– que facilitará la circulación con mengua visibilidad e “incremementará notablemente”, inciden los socialistas, la seguridad en la vía.

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