El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, insiste en omitir la amnistía que pedían los independentistas catalanes, en particular Carles Puigdemont, para investirle después de que este viernes se completara la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo. De hecho, ni siquiera menciona esa palabra, como vienen haciendo disciplinadamente desde hace semanas los principales ministros socialistas y dirigentes de la dirección del partido, que no dudan en eludir o salirse por la tangente ante múltiples cuestiones sobre el asunto.
Todo lo contrario de lo que hacen los portavoces del independentismo, que revelan que incluso hay intercambio de documentos al respecto, y el socio de coalición, Sumar, que habla con toda naturalidad de esta concesión, sin ir más lejos, durante los días de el debate. de investidura esta semana.
Sin embargo, la irrupción como portavoz oficioso del líder socialista del diputado por Valladolid y exalcalde de la capital de esa provincia, Óscar Puente, empieza a cambiar las cosas. Tras su sonada intervención del pasado martes para responder a Feijóo en la Cámara, algo que Sánchez evitó, Puente se prodiga en las entrevistas, y a diferencia de sus compañeros, y haciendo gala de su fama de político franco, habla con más claridad sobre los aspectos jurídicos. olvido por los crímenes relacionados con el golpe secesionista de 2017 en Cataluña, que él mismo criticó muy duramente en el pasado.
El contraste entre Sánchez y su nuevo hombre fuerte ha quedado muy claro este jueves. Mientras el primero, en un discurso de treinta minutos en Madrid ante los eurodiputados socialistas de toda la Unión Europea (UE), compañeros de Puigdemont en el Parlamento Europeo, ni siquiera ha mencionado ni aludido a la amnistía, el segundo la ha defendido como “algo”. positivo” en una entrevista en Televisión Española, en el programa La Hora de la Uno, realizada casi al mismo tiempo.
Puente ha asegurado, en respuesta a una pregunta muy concreta, que “una medida que contribuya a aliviar la tensión en Cataluña para solucionar o solucionar un problema estrictamente político y dar una salida a quienes se han colocado al margen de la ley, para que puedan puede volver a “hacer política es positivo y hay que valorarlo”. Casi al mismo tiempo, Sánchez vaticinó a sus correligionarios que se reeditaría el “Gobierno de Coalición Progresista”, pero sin precisar cómo se conseguiría la mayoría parlamentaria para tal fin. de la que por sí solos carecen PSOE y Sumar.
(EN EXPANSIÓN)