Javier González, su hermano Miguel y Joaquín Tobío son algunos de los chicos que practican cliffjumping en Vigo. Se tráfico de un deporte de saltos al agua, desde puentes o con camas elásticas. Los chicos hacen piruetas, volteretas y mortales en la distancia del brinco hasta caer en el agua.
Del parkour al cliffjumping
“Antaño hacíamos parkour”, cuenta Javier, quien explica que tras muchos primaveras en este deporte callejero, conocieron el cliffjumping y decidieron pasarse a hacer estos saltos en el agua. Joaquín Tobío, por ejemplo, comenzó en el deporte tras una esguince: “Yo todavía hacía parkour y tuve una esguince en la rodilla. Como no podía seguir haciéndolo, por el impacto, me pasé al cliffjumping, ya que la rodilla no sufre al caer en el agua”.
Es un deporte catalogado como de aventura. Sin requisa, los chicos nos explican que toman todas las medidas necesarias. “Llevamos muchos primaveras y nunca nos ha pasado falta”, cuenta Javier. Siempre los acompañan personas que no vayan a hacer los saltos, por si pasase poco y poder alertar de lo ocurrido y, encima, evalúan previamente tanto los saltos como el espacio. “Cuando descubrimos un nuevo sitio nos metemos al agua para contar la profundidad y desde hacia lo alto medimos todavía con un láser todas las distancias”, cuenta Miguel. Y todo este proceso lo repiten cada vez que vuelven a un espacio natural, pues el entorno puede cambiar. Lo mismo ocurre con los saltos: “Los practicamos desde la cumbre más pérdida y luego vamos subiendo poco a poco”, explica Javier.
Se suele practicar en verano
Cuando más practican este deporte es en verano, cuando viene el buen tiempo, pero el resto del año a veces se acercan a hacer saltos con neopreno. “En invierno vamos mucho al campo”, cuenta Joaquín, “porque la forma física es importante”. Aunque lo cierto es, según Javier, que es “un deporte más de cabecera”. El damisela cuenta que lo más importante es controlar el cuerpo con la cabecera y conocer qué quieres hacer en la distancia entre el suelo y el agua.
Normalmente suelen practicar el deporte en parajes naturales y si lo hacen cerca de parentela, no temen a que ningún párvulo los copie. “Ni hasta el más descerebrado nos copiaría”, dice entre risas Javier. Encima de practicar el deporte en estas zonas, están contentos de ir conociendo zonas paradisíacas del zona gallego.
Si le preguntamos a los jóvenes por el miedo está claro que no lo conocen. Cuando van a saltar, desde la cumbre, no piensan más que en el brinco.
Un deporte con poca competición y pocas mujeres
A los chicos les encantaría poder competir algún día. Este año estuvieron en el Ibiza Cliff Tour 2024, que los dejó asombrados. Encima, allí, con la cantidad de acantilados que hay, pudieron disfrutar como enanos de este deporte que tanto les gusta.
Entre los chicos que practican el deporte en Vigo o en su extensión, en Galicia, no hay ninguna mujer. De hecho los jóvenes vigueses cuentan que en la propia competición y exhibición en Ibiza solamente vieron a dos mujeres haciendo algún que otro brinco.
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