La desidia de control y vigilancia policial ha desencadenado una nueva oleada de ocupaciones en las promociones de pisos sociales del Maresme. Los vecinos de los 94 pisos de la Torre del Cogoll, en el extrarradio Pla d’en Boet de Mataró, adyacente a la comisaría de Mossos d’Esquadra, denuncian el irrupción de los trasteros, desde los que se lleva promontorio todo tipo de actividades delictivas. En Arenys de Mar, en la promoción del Pla dels Frares, los depósito se volvieron a acomodarse por segunda vez tras el desalojo policial de hace un año.
En Mataró es una estructura mafiosa controlada por uno de los residentes en los pisos sociales la que ha establecido un entramado de actividades delictivas que, según denuncian los vecinos de forma anónima, temerosos de que los delincuentes cumplan las amenazas, se centraliza en los trasteros de los pisos. “Nos cerraron el parking y ahora nos arrebatan los trasteros”, lamentan los residentes, a los que ya se les ha sofocado la paciencia.
Cochones en los pasillos y balcones
La situación en la Torre del Cogoll, denunciada reiteradamente desde 2015, “se ha vuelto más peligrosa”, explican. Varios pisos ocupados sirven para acoger decenas de personas que acumulan circunstancias delictivos y que encuentran cobijo en los apartamentos, previo plazo de un arrendamiento.
Indigentes y traficantes malviven en apartamentos ocupados de 42 m en los que se hacinan tras abonar una cuota “por un camastro”. Llegan incluso a abonar por un colchón en el terraza o en el pasillo comunitario, donde es habitual que el suelo se llene de orines y defecaciones, tal como han documentado gráficamente los vecinos.
Los delincuentes tiran los objetos de los inquilinos que no pueden traicionar en medio del pasillo .
La maduro actividad se localiza en los depósito. “Es un inframundo donde nadie se atreve a descender”, cuentan los vecinos. “A menudo hay parentesco en la escalera y en las paredes por las peleas y ajustes de cuentas” y por la oscuridad se escuchan “gritos desgarradores”.
El empleo es un foco de tráfico de estupefacientes al que acuden desde jóvenes camellos en patinete a conocidos traficantes de la comarca. Igualmente se ejerce la prostitución en los diminutos cuchitriles de tres metros cuadrados sin ventilación, donde se instalan camastros que “se ceden por unos 500 euros” y en los que incluso se acumulan objetos robados. Los vecinos comentan que “revientan los trasteros, roban lo de valía y el resto lo dejan tirado “ y si alguno de ellos se atreve a presentar denuncia, lo que provoque la presencia policial en las inmediaciones “nos amenazan, nos gritan y nos insultan cuando nos ven por la calle”.
Si se te ocurre denunciar a la policía que te han robado, los traficantes te esperan en la calle y te amenazan
En la Torre del Cogull la estructura mafiosa, liderada por un individuo de origen marroquí de unos 30 abriles, tiene a temorizada a los vecinos. “No es la primera vez que me acorralan” denuncia una vecina que se confiesa “indefensa y en oneroso peligro” pero cuya situación deudo, sin ingresos, le impide huir a otro empleo. “He pedido a Habitatge que me otro carretera porqué aquí corro peligro y me dicen que es una sensación mía, que no me va a tener lugar ausencia. pero si denuncio me acosan en la calle y gritan que soy un chivato”.
El olor a hierba impregna el esfera. “No sabemos si es de las incautaciones de los Mossos”, cuya comisaría está tapia con tapia con los pisos “o de los trasteros”. “¿Denunciar? Hace ocho abriles que lo hacemos y no actúan” a no ser -reconocen- que la queja trascienda a los medios de comunicación “a peligro de estar en el punto de mira de los ocupas”. En este caso, torrevieja news today se ha hecho eco de la problemática que padecen los residentes desde hace abriles, sin que el compromiso político se haya materializado.
Un policía inspeccionando los trasteros del Pla del Cogoll de Mataró .
La Agència de l’Habitatge decidió hace abriles “suprimir la vigilancia privada”, lo que ha posibilitado la invasión de delincuentes con toda impunidad”. El parking quedó clausurado hace dos abriles y con las puertas selladas tras varios incendios provocados por los clanes enfrentados “que los aprovechaban para traficar y prostituir a varias mujeres”. Una actividad que no ha nunca ha dejado de realizarse, ya que ahora se ha trasladado a los trasteros ubicados en los sótanos de los dos bloques de pisos.
“Nos tienen abandonados”, lamentan los residentes de los 94 pisos, cuya crítica se dirige a la Agència d’Habitatge de la Generalitat pero incluso a otras administraciones. “El Consistorio nos ignora, muchas reuniones y pocas soluciones”, dicen. “Cuando nos quejamos en las reuniones, las mismas entidades vecinales subvencionadas por el Consistorio nos piden que no hablemos con los periodistas” en un intento de silenciar la situación temerosos de la estigmatización del extrarradio del Pla d’en Boet. “Les preocupa más la imagen que lo que nos sucede a los vecinos”.
“Y los Mossos, pasan de todo, no hacen ausencia” coinciden todos los vecinos. En las inmediaciones se observan vehículos abandonados repletos de cacharros, “en los que duermen indigentes”, el vínculo más débil de la condena mafiosa, que utilizan para el menudeo y el tráfico a pequeña escalera.
En otro punto de la comarca, en el Pla dels Frares de Arenys de Mar los vecinos de la promoción d viviendas sociales reiteran la desidia de control de la Generalitat “que ha permitido que se reocupen los trasteros desalojados hace un año”. “La delincuencia ha vuelto y está en todos los espacios”, reconocen los vecinos. Habitatge, presionada por el Consistorio, se compromete a impulsar el desalojo y el sellado definitivo de los habitáculos
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