un colegio de Sevilla lleva 17 años esperando que construyan un comedor digno para el alumnado


Los padres y madres del alumnado del CEIP Valdés Fidedigno de Sevilla lo han mojado, con conveniencia, como “el comedor de nunca en la vida”. Protestan, entre desesperados y alucinados, porque la construcción de un espacio adecuado donde sus hijos puedan yantar arrastra una retraso, de carencia más y carencia menos, de 17 abriles. Llevan reclamando la construcción de un comedor desde el año 2007. Para que se ubiquen en el tiempo, fue el año en el que Steve Jobs presentó al mundo el primer Iphone, y ya van unos cuantos modelos en el mercado.

Un dolor de comienzo que hereda el AMPA de procreación en procreación. “Yo incluso antiguamente de tener hijos ya conocía este problema porque vivo por la zona desde hace 40 abriles. Han entrado mis hijos, mi hija ya se va el año que viene al instituto y el problema sigue”, asegura Rafael, padre de dos alumnos, a torrevieja news today Noticiario. Remarca que tras 17 abriles ya no junto a ningún tipo de excusa por parte de ninguna de las administraciones competentes “porque durante 17 abriles, tanto por la Grupo como por el Cabildo, han pasado grupos de todos los colores”.

El alumnado de este centro educativo manifiesto sevillano come en lo que se denomina caracolas. Lo que se ideó como una alternativa temporal se ha perpetuado en el tiempo. “En el año 2012, el Cabildo de Sevilla instaló unas casetas prefabricadas que deberían servir de comedor de forma temporal, durante los 2 abriles que tardaría la construcción del nuevo edificio. Unas caracolas de chapa, con capacidad para 70 personas, que en 2024 aún siguen siendo las únicas instalaciones disponibles para que coman a diario más de 270 niños y niñas”, detalla en un comunicado el AMPA del colegio.

Los niños y niñas tienen que yantar obligativamente por turnos, hasta en tres tandas porque no hay espacio, y aun así lo hacen hacinados, “a veces no hay sitio y nos tenemos que sentar en las mesas de de niño”, cuenta una alumna del centro a torrevieja news today Noticiario.

“Esto es una cuestión de emergencia”

Las casetas prefabricadas acusan ya el paso de los abriles. Las caracolas llevan haciendo la función de comedor temporal más de una plazo. “Actualmente, la situación de las instalaciones donde están dando el servicio en el centro es insostenible ya que se manejo de unas caracolas de chapa totalmente deterioradas y en las que ni siquiera cuentan con baños a causa de la nueva obra”, lamentan las familias.

“Cuando llueve se inundan, les cae el agua encima de los platos”

“Cuando llueve se inundan, les cae el agua encima de los platos. Hay cables, hay hornos… con el consiguiente aventura que ello conlleva. Ya ha habido accidentes, han caído lámparas sobre niños. Cuando hace calor, ya te puedes imaginar la temperatura que se alcanza. Eso está hecho para 70 niños y comen ahí 270 niños todos los días, comen hacinados. Han deshabilitado los baños y los niños, incluso los más pequeños tienen que ir hasta la otra a punta a hacer pipí”, describe indignada Irene, matriz afectada.

“Es una cosa ya inhumana. Ya no podemos meternos en un procedimiento ordinario, esto es una cuestión de emergencia”, sentencia Irene.

La historia interminable del comedor de nunca en la vida

Siguiendo cronológicamente la historia interminable del comedor de nunca en la vida, en 2017 la Delegación de Educación comunicó oficialmente al centro la construcción del nuevo edificio, en 2019 fue adjudicada a una empresa constructora, en enero de 2020 iban a comenzar las obras… pero “tan solo un mes posteriormente, en febrero de 2020, la empresa constructora se declara en quebranto y renuncia a la ejecución de la obra. Desde entonces comienza un proceso de reclamaciones por parte de la dirección del centro y de las familias que culmina con una nueva adjudicación en 28 de julio de 2023”, relatan en el comunicado del AMPA.

En octubre de 2023 parecía que iba a salir el principio del fin de la larga calma porque “se iniciaron las obras de construcción del nuevo edificio con la promesa de la consejera de Educación de que estaría finalizado a comienzos de 2024”. “Sin requisa, tan solo 6 meses posteriormente del inicio de los trabajos, la obra se ha vuelto a paralizar con tan solo un 20% construido a causa de la quebranto de la segunda empresa adjudicataria”, detallan las familias.

El relato de la buena pipa prosigue porque, hoy en día, la obra continúa parada desde primavera y sin ninguna perspectiva de poner en marcha de nuevo la maquinaria. Desde el AMPA no saben reponer cuando habrá una nueva adjudicación.

La obra, encima de parada, parece abandonada. Unas vallas endebles hacen de tapia de separación entre el colegio de la calle, “por aquí podría entrar cualquiera”, asegura una de las madres.

Escombros, restos de materiales y lo poco que llevaban construido con signos de comenzar a deteriorarse, con gritas y óxido. La no-obra tiene, encima, parte del patio del cole inutilizado, “los niños podrían entrar en la obra y hacerse daño. Además condiciona el uso del patio, por ejemplo, para hacer deporte y en la fiesta del fin de curso”, advierten las familias.

Más movilizaciones

Las familias afectadas, con el inicio del curso escolar, han retomado las movilizaciones. Remotamente de abrir el ansiado comedor vuelven a encontrase a diario con la enorme pancarta donde exigen “comedor digno ya”. El enorme cartel forra la tapia de entrada y les recuerda que la lucha continúa. Instan a la Consejería de Educación de la Grupo de Andalucía a dar una respuesta inminente a esta situación, que se reanuden las obras y que, por supuesto, las finalicen.

Para poder afirmar, de una vez por todas, colorín colorado a la historia interminable del comedor de nunca en la vida.

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