Los 13 de la Albufera

Siempre me apasionó la política estadounidense en su concepto a la hora de inquirir acuerdos más allá de pertenecer a un partido u otro. Un presidente de los EEUU que impulsa una ley que después debe aprobar el Congreso, no tiene garantizados por disciplina de voto que los congresistas de su partido vayan a apoyarlo, como al revés, siquiera se encuentra con el ‘no’ incondicional de sus rivales por el hecho de ser uno demócrata y otro republicano. Tomando como ejemplo el contemporáneo mandato de Biden, el Capitolio ha permitido normas y resoluciones con apoyos republicanos y concurso de congresistas demócratas. Política en estado puro, siempre debería ser así. Los ‘tuyos’ serán más cercanos pero sólo te apoyarán si los convences, y los contrarios pueden rematar dándote el voto previa negociación.

Felizmente no hemos tenido que cruzar el Atlántico para asistir en la Comunidad Valenciana a una situación de acuerdo político en distinción del correctamente popular. 13 ayuntamientos de la provincia de Valencia, 13 alcaldes y alcaldesas de las localidades que pertenecen al Parque Natural de la Albufera han firmado un acuerdo para requerir conjuntamente a la UNESCO que la Albufera sea reconocida como reserva de la Biosfera. Alcaldes del PPCV, PSPV, Compromís o Sueca per Davant. Distintas sensibilidades y muchas presiones resueltas con un acuerdo histórico. Un correctamente está por encima de todo, el Parque Natural de la Albufera, y sus alcaldes y alcaldesas han sabido dejar de costado los intereses partidistas. Enhorabuena y gracias.

Mientras tanto la pregunta y a la vez deseo es que el pacto por la Albufera no sea un hecho accidental. Las ‘salas de aniquilamiento’ de los partidos deberían valorar que acuerdos como el escenificado ayer en La Tajada de Valencia son en el plano demoscópico más rentables que el enfrentamiento, y más constructivo que el ataque permanente. Pero por encima de todo es más responsable, y es la razón por las que un político llega a un despacho, para servir a los ciudadanos, poco que desgraciadamente muchos, olvidan pronto.