Adiós al querido Don Manuel


Padre de familia numerosa. Marido. Maestro. Político. Empresario. Pero lo más importante: buena persona. Así lo confirman sus conocidos y todas las personas que tuvieron el privilegio de conocer a Manuel Vázquez Outeiriño, el primer alcalde de la democracia en A Merca.

Nacido en Zarracós, Vázquez Outeiriño falleció este lunes a los 88 años a causa de una enfermedad. Y este pequeño pueblo de A Merca se llenó de gente que quería cobijar a la familia en un día tan duro. Los gestos de cariño y toda la afluencia de gente que se acercaba a este pueblo rural ourensano son una prueba fehaciente de que Manuel Vázquez dejó huella en todo lo que hizo.

Era un hombre polivalente y completo. Las horas del día no le alcanzaban y aun así siempre tenía una palabra amable. En el lado más personal, sus vecinos lo definen como “una persona de referencia”. Era uno de los que acudían a preguntar, pedir consejos, resolver dudas, “porque Manuel era generoso, una persona muy querida en el pueblo que siempre ayudaba sin pedir nada”, apuntan. Llevó la humildad como bandera y su muerte causó dolor y tristeza.

Primer alcalde de A Merca

En política, Manolo o Don Manuel, como se le conocía, era de esos políticos “verticales”. Así lo define José Manuel Garrido, actual alcalde de A Merca. “Al principio de mi carrera política estaban en la oposición a Manuel, después el mismo grupo, y puedo decir que fue un excelente alcalde, respetuoso con todo el mundo e incluyente, abierto al diálogo y apegado a la gente”. Rosendo Fernández, quien siempre lo ha considerado su padre en este mundo, también tiene mucho que decir sobre su faceta política. Rosendo compartió mucho con él, pero fue en 1996 cuando Vázquez le demostró que su generosidad iba más allá de los límites. “Él era alcalde y estaba cansado, le pedí que terminara el mandato y lo arreglara, aún cuando él no quería”, dice Fernández.

Manuel Vázquez fue el primer alcalde de A Merca con Coalición Gallega, hasta 1987, tras lo cual fue Rosendo quien tomó el mando para que Vázquez fuera su número dos. De 1987 a 1991 fue diputado provincial y portavoz del partido en la Diputación de Ourense. Formó parte del grupo “Os Manolos”. En sus años como alcalde llevó alumbrado público a zonas rurales, acondicionó caminos, llevó saneamiento y realizó una importante labor con las “canastas”, los que se dispusieron a lo largo de los caminos, los recogieron y posteriormente se convirtieron en Bien de Interés Cultural. “Los alcaldes de esa época empezaron de la nada y sentaron las bases para sus sucesores, hicieron un gran trabajo”, destaca Fernández.

Y ese trabajo de servicio público lo compaginaba con su profesión: la de maestro, en una escuela que hace décadas triplicaba el número de alumnos que hoy. El grupo del colegio Celanova rondaba los mil alumnos, lo que ahora es el colegio Curros Enríquez. Aunque ejerció como docente en otros centros, en Celanovés fue 25 años de su vida como director. “Ese colegio tenía muchos alumnos de él y don Manuel era excepcional, era muy cercano a las cosas, ayudaba en todo, para sacar adelante un colegio tan grande…”, explica una profesora del centro, que conoció a Vázquez Outeiriño cuando ella estudiaba allí y era el director del centro. “Cuando regresaron a la escuela para hacer sus prácticas, el director todavía estaba allí y recuerdo que cuando entré por la puerta de la escuela, todavía estaba enferma, y ​​aunque éramos jóvenes estudiantes, los años no pasaban”, señala la maestra. , quien guarda un gran recuerdo del director del grupo escolar.

hombre versatil

También estuvo vinculado al mundo empresarial, fue consejero de la Caixa y tenía una finca, formando también parte del consejo de administración de Coren. Quienes trabajaron para él lo recuerdan con cariño, pues fue un hombre que nunca “se sintió superior, trató a todos ni al mundo por igual”, comentan los vecinos. “Fue muy lindo crear lazos afectivos con él y su familia, aquí todos son muy queridos”, agregan. Y de su familia, todos coinciden en que son “una gran familia”. “Son seis chicos y Manuel y Súa Muller debieron darles un poco de educación porque salieron todos muy trabajadores, con una gran carrera y aun así cuando vienen al pueblo se ponen una camiseta y trabajan, no se preocupan. de dónde son”, señaló el alcalde de A Market.

un hombre se fue bueno, humilde y cercano. Uno de esos que no se olvidan y siempre estarán presentes en la historia de A Merca. Un hombre que quiso cambiar el mundo desde su pueblo, Zarracós. Allí, cumpliendo sus deseos, fue velado en la casa familiar, lugar donde fue inmensamente feliz.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *