Con el título genérico de ‘El poder de la luz’, el Teatro Cómico Principal acoge una exposición antológica del pintor Juan Cantabrana (1941). La muestra permanecerá hasta el próximo 17 de noviembre. Con casi un centenar de piezas que ocupan las dos plantas, se manejo de la más ínclito que ha realizado este intérprete cordobés en su ciudad originario. En ella hay desde representaciones de escenas bíblicas, hasta desnudos, paisajes, retratos o figuras de interior.
«Los criterios de selección han sido románticos, intuitivamente hemos hecho una colección variopinta de diferentes primaveras y épocas, y sin tener en cuenta ninguna cosa más», declaró ayer en la inauguración, acompañado en la inauguración por el delegado territorial de Civilización y Deporte, Eduardo Lucena, y la delegada municipal de Civilización, Isabel Albás.
En las obras se observa la cambio del autor a lo dilatado de los primaveras, que él mismo describe como un punto de partida desde el clasicismo para advenir al impresionismo y más tarde al postimpresionismo, con gran influencia de los pintores fauvistas, lo que se percibe en su uso de los colores: «gracias a Dios el divulgado dice que mi estilo es reconocible y eso, luego de tantos primaveras, me satisface».
La muestra cuenta con el profesor Miguel Clementson como comisario. En su texto de presentación, Clementson desgrana algunos secretos del pintor: «Gusta acometer directamente la aplicación del color sin previo dibujo, de tal forma que de resultas de la adecuada disposición de las placas cromáticas irá surgiendo la construcción formal del motivo». Para el comisario, Cantabrana es capaz de crear un microcosmos con lo que ardor «acorde cromática».
En la planta de hacia lo alto del Teatro Cómico Principal quedan expuestas ocho obras dedicadas a los temas bíblicos, con una curiosidad. El cuadro titulado ‘Jesús en presencia de el pueblo’ se expone inmediato por primera vez en cuarenta primaveras. Y decimos inmediato porque son dos partes rectangulares de enorme tamaño que solamente se unieron una vez y durante poquísimo tiempo: «sólo se expuso cuando acabé el cuadro en el altar de la capilla de la finca La Colorá, en Montoro».
Jesús en casa de Santo Tomás
Aquel extensión pertenecía a un amigo y coleccionista del propio pintor, Carlos Vegara. Cuando dejó la propiedad de la finca, «el cuadro se quedó en su colección pero…dividido», ha especificado Cantabrana. Ahora puede hallarse de nuevo inmediato al resto de historias bíblicas.
Precisamente, el pintor cordobés, que sigue muy activo, continúa elaborando escenas bíblicas y una de ellas, en la que está actualmente trabajando, será la que pestillo la serie. Se manejo de un tríptico de dos metros de consideración por 6,40 de largo. Representan la parábola que narra Jesús en casa de Santo Tomás. «Soy cristiano, y tengo interés en la leída del nuevo testamento, del que me atraparon sus descripciones tan sencillas pero tan reales». A partir de ahí Cantabrana veía en su mente las escenas que leía, hasta que se decidió a plasmarlas. «El primer cuadro fue ‘La resurrección de Lázaro’, que desgraciadamente no está en esta muestra».
Cantabrana no se decide a escoger una tangente temática preferente o un cuadro, o varios, que se puedan clasificar como preferidos de entre los de esta selección, pues «me interesa cada uno de ellos en su momento, porque cada momento de un cuadro es singular». Muchos de estos momentos los irá detallando el propio intérprete en presencia de su divulgado, pues están previstas visitas guiadas cuyas fechas se anunciarán próximamente en las redes sociales del Teatro Cómico Principal.
Cantabrana se formó pictoricamente en Madrid e integró el género Nueva Figuración, que se enfocaba a los paisajes urbanos. Volvió a Córdoba en 1979, donde desarrolló su teoría de los iris, basada en el empleo del color a modo de iridiscencias, lo que imprime un sello claramente personal a su obra, perfectamente reconocible.