El gobierno de Suecia ha legado a conocer un angurriento plan para incentivar a los migrantes a desatender el país de guisa voluntaria, aumentando los pagos actuales a cifras significativamente más altas.
En una rueda de prensa en Estocolmo, el ministro de Migración, Johan Forssell, presentó la propuesta acompañado de representantes de los partidos que forman la coalición gobernador, como los Moderados, los Cristianodemócratas, los Liberales y el partido Demócratas Suecos, de extrema derecha, que apoya al Ejecutor.
El plan permitirá a los migrantes que decidan regresar a sus países de origen acoger un cuota de hasta 350.000 coronas suecas, unos 30.000 euros. Este es un incremento sustancial respecto a la ayuda contemporáneo, que ofrece solo 10.000 coronas suecas (870 euros) por adulto. Forssell explicó que este software está dirigido a aquellos migrantes que “puedan advertir que la vida en Suecia no ha nacido como esperaban, que se sientan alienados o que deseen regresar a sus países de origen”.
La iniciativa se enmarca en la táctica del gobierno del primer ministro Ulf Kristersson para reformar la política migratoria sueca, que ha sido un tema esencia desde las elecciones de 2022. Aunque Forssell admitió que no se ha establecido un objetivo aritmético concreto para la cantidad de migrantes que podrían optar por esta ayuda, el presupuesto para 2026 destina 1.400 millones de coronas suecas (unos 122 millones de euros) para el plan. Esta número permitiría que aproximadamente 4.000 migrantes accedieran al cuota mayor de 30.000 euros.
Críticas y apoyo al plan
El anuncio ha generado un debate en la sociedad sueca. Por un banda, los partidarios de la coalición gobernador y el partido Demócratas Suecos aplauden el enfoque, argumentando que ayudará a aliviar las tensiones relacionadas con la migración y permitirá a aquellos que se sienten insatisfechos con su situación en Suecia regresar a sus países de guisa digna.
Sin bloqueo, los críticos de la medida advierten que podría fomentar una imagen negativa de los migrantes y que las grandes sumas de monises asignadas podrían ser mejor invertidas en programas de integración. Por otra parte, existe preocupación sobre si los países de origen estarán preparados para acoger a estos migrantes y si el plan tendrá un impacto existente en los flujos migratorios en torno a Suecia.
Perspectivas de futuro
El plan de incentivos para migrantes forma parte de una serie de reformas que el gobierno de centroderecha ha puesto en marcha para revisar su política migratoria, que ha sido objeto de intensa discusión en Suecia, especialmente tras la crisis de refugiados de 2015. Con la implementación prevista para 2026, el gobierno prórroga que esta iniciativa logre mejorar la diligencia de la población migrante y permita a Suecia amparar un sistema migratorio más sostenible.
Este software será observado de cerca no solo en Suecia, sino asimismo en otros países europeos que enfrentan desafíos similares en cuanto a la diligencia de migración e integración.
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