La arribada de 120 personas procedentes de Mali hasta el pequeño municipio de Monterroso, un pueblo de interior con solo 3.600 vecinos en el interior de Galicia, alteró la paz de Lugo en agosto, puesto que, con ellos, llegó todavía la polémica. Sin confiscación, han sabido darle la reverso a la situación, y la buena acogida que le han proporcionado a estas personas de entre 18 y 30 primaveras está dando la reverso al mundo. Tanto es así que la tercera información más traza este viernes en el diario anglosajón ‘The Guardian’ titulaba lo ocurrido de la sucesivo modo: “‘Nos están dando ejemplo‘: el pequeño pueblo castellano que acoge a los refugiados” (“‘They’re setting an example for us’: the small Spanish town welcoming refugees es el título innovador”)
Reticencias del Comunidad de Monterroso
Mientras se producía una de las mayores crisis migratorias que está viviendo España, con arribada récord de personas en julio y agosto a Canarias en la que se considera la ruta más venenoso para aparecer a Europa desde África, la información saltaba al otro flanco del país el pasado 19. El Comunidad de Monterroso denunciaba la “total improvisación” y “la desatiendo de planificación” del Gobierno por la arribada de 120 personas al municipio lucense, de la que, según ellos, se enteraron a través de una ONG y, previamente, a través de medios de comunicación. Cuando preguntaron por ello, desde la Subdelegación del Gobierno en Lugo se les aseguró que “no estaban previstos estos desplazamientos y se avisaría de lo contrario”, según denunciaban.
“Está provocando señal social”
En concreto, desde el consistorio lamentaban la “imposición de esta nueva efectividad”, sin disponer de “un estudio sobre la integración de estas personas ni del impacto de su arribada en los servicios sociales, sanitarios y en la ciudadanía“. “Esto se ha hecho de una forma totalmente al azar, sin ningún tipo de previsión, ningún tipo de estudio, ni carencia que pueda tranquilizarnos”, señalaba el corregidor, Eloy Pérez, en una entrevista en torrevieja news today Noticiario. En este sentido, el regidor apuntaba a que la desatiendo de información estaba provocando “señal social” e insistía en que se trataba de un número “desproporcionado” de personas, “cerca de un 10% de los habitantes del núcleo urbano”.
Monterroso, de la “señal” a la integración
Entonces, ¿por qué para ‘The Guardian‘ la situación en Monterroso es ejemplar y por qué ha interesado tanto el asunto a los lectores del gaceta? A pesar de este inicio en el que no se auguraba una buena integración de los que serían sus nuevos vecinos, el esfuerzo de todos ha conseguido revertir la situación original.
Hace dos semanas llegaronlos 120 refugiados y los vecinos los acogieron con los brazos abiertos al conocer sus historias. “Pues menos mal que han venido, ya que aquí hace desatiendo mano de obra en talleres mecánicos“, se alegra un taxista en el centro de la villa al descubrir la formación de algunos de ellos. Otros tienen diversos tipos de estudios, pero todos los jóvenes coinciden en que les sirve cualquier trabajo. Otro de los puntos que ha favorecido esta integración tan rápida es que los propios recién llegados se están esforzando en abastecer relaciones con los vecinos, y se les puede ver con su diccionario de castellano intentando conocer muchedumbre y entablar conversaciones por el centro del municipio.
“Ojalá viniesen más”
El deporte todavía ha sido otro aspecto esencial para estos refugiados. La mayoría de ellos han buscado algún equipo de fútbol cercano, lo que llevó al presidente de la Sociedad Deportiva Monterroso, Balbino Martínez, a impulsar una iniciativa de vendimia de ropa deportiva, para ofrecérsela a los jóvenes: “Les vamos a dar pases de balde para que vengan a ver los partidos de la temporada”. Adicionalmente, ahora tienen el tesina de crear un equipo con ellos. “Queríamos concienciar a la muchedumbre de que se negociación de personas que abandonan sus hogares para sobrevivir, para inquirir una vida mejor”, afirma posteriormente del éxito de la iniciativa Martínez, y añade: “No son delincuentes ni malas personas”.
En la misma confín, el jueves de la semana pasada, la Asociación Cultural Falcatrueiros organizó una calurosa bienvenida oficial con una foliada tradicional. Esto permitió que los pudieran conocer a los nuevos habitantes de Monterroso y la música popular gallega, que sirvió como unión a pesar de la barrera idiomática. De hecho, los malienses se animaron a zapatear, tal y como se puede ver en el vídeo de la parte superior.
“Dan mucha vida al pueblo, ojalá viniesen más”, defiende uno de los vecinos, portavoz del observar caudillo de todo un pueblo al que la arribada de los 120 refugiados le ha cambiado la vida. Monterroso ya no volverá a ser igual, ahora es mejor.
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