Los detectives del bosque desenmascaran a un pirómano en Madrid


Se movía en un áreas geográfica muy concreta, en el perímetro de cuatro pueblos: Valdemorillo, Zarzalejo, Navalagamella y El Escorial. Y durante un mes ha mantenido en tensión a los servicios de cese de incendios y a todos los vecinos de esta parte de la Sierra de Guadarrama en Madrid. Porque el pirómano se desplazaba en su transporte e iba provocando incendios intermitentes llegando a producir 33 focos de fuego en un mes entre julio y agosto.

El pirómano es un enfermo mental adepto al fuego.

Los bomberos y BRIF acababan rápidamente con estos fuegos allá donde aparecían, pero las Brigadas de Investigación de los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid, con Miguel Higueras a la cabecera, empezaron a alcanzar pruebas para dar con él. Detectaron que no usaba medios de ignición retardantes, sólo llevaba cerillas o mecheros, luego estaba cerca cuando el fuego prendía. Probablemente quería verlo, poco propio de un pirómano: un enfermo mental adepto al fuego que disfruta viéndolo. Así que había que realizar rápido cuando se produjeran los inicios de estos incendios porque iba a estar cerca.

El simple incendiario provoca fuegos por venganza o por algún tipo de interés

Siguiendo los lugares, el perímetro y la cadencia en el tiempo supieron que tenía que ser algún que produjese los fuegos cerca de su casa o su circunscripción de trabajo. Alguno de la zona que la conociera admisiblemente, por los caminos que había escogido para meterse. Miguel Atienza, agente forestal investigador de la CAM, nos cuenta que cuando llegan a un incendio intentan determinar dónde se originó y cuál era la dirección que cogió en ese momento para descubrir cómo pudo iniciarse y si era intencionado porque la mayoría de las veces los incendios pueden causarse por negligencias provocadas por maquinarias (chispas de coches, radiales, desbrozadoras, tractores, trenes).

El pirómano estuvo un mes provocando incendios en un radiodifusión de 20 kilómetros cuadrados

De hecho, Juan Carlos Moya, ingeniero forestal que imparte formación en investigación de incendios en EIMFOR, nos cuenta que todos los incendiarios provocan fuegos, pero no todos son pirómanos. Los pirómanos son enfermos mentales diagnosticados. El resto de los incendiarios pueden provocar fuegos sólo por intereses económicos, venganza u otras razones, no por desequilibrios propios de una enfermedad.

Por otra parte, se investiga si se dan incendios de forma recurrente en un mismo municipio para atender de forma distinto los usos de la zona o a vecinos conflictivos. Es una de las labores de prevención. El pirómano de Madrid fue detenido y paciencia ahora a ser chancillería. de hecho la Comunidad de Madrid se presentará como cargo particular. Si está enfermo, el togado puede atreverse que sea tratado en un centro especializado. Si no lo está, si es un simple delincuente, podría ir a la gayola y tener que avalar una sustanciosa aprobación conforme a los daños causados por el fuego.

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