Unos 5.300 alumnos esperan una media de tres meses para el examen de conducir en Córdoba


El tiempo que tiene que esperar un solicitante a conductor para realizar la prueba actos es cada vez veterano. Es la denuncia, ya recurrente, de las autoescuelas cordobesas (y de otros puntos del país), que hablan de «problema extendido» que se repite cada año y empeora en verano. El motivo, la equivocación de examinadores, según el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Rafael Cruz, que denuncia que «con la última aggiornamento, hay 5.300 alumnos en repertorio de calma».

Según explica, la demanda para sacarse el carné se dispara en verano, «y la Autoridad de Tráfico ha estado al 50 por ciento». Cruz añade que «ya había bajas sin cubrir -seguimos con dos pendientes- y en el periodo veraniego la situación ha empeorado. El tiempo de calma es de tres meses para el examen en primera convocatoria y de otros tres si se tiene que repetir», denuncia.

Las autoescuelas cordobesas, que ya se movilizaron el pasado mes de abril, siguen demandando más examinadores «y, sobre todo, que se les permita a los evaluadores realizar horas extra para achicar esas listas de calma, como sucede en otras provincias como Mingrana o Almería, pero la Autoridad se niega».

La explicación de Tráfico es que «coincidente al protocolo de solicitud de horas extraordinarias para las pruebas de circulación, las horas extra se solicitan nada más en situaciones excepciones para ayudar a solucionar problemas coyunturales, y en ningún caso se solicitarán con carácter preventivo o para permanecer un determinado nivel de servicio».

Adicionalmente, argumenta que en los dos últimos abriles, «el número de exámenes realizados por la Autoridad Provincial no deja de crecer», con 38.300 en 2019; 29.800 en 2020 -año de la pandemia, con meses sin examinar-; 42.800 en 2021; 40.600 en 2022, y 41.200 en 2023».

El portavoz provincial insiste en el perjuicio que les está ocasionando esta situación: «Si no puedes examinar no puedes dar clase porque un pupilo no va a estar pagando las prácticas ‘sine die’. Las consecuencias son dos: muchos se van a localidades limítrofes, como Écija; y el número de suspensos aumenta». Adecuado a ello, las autoescuelas cifran en un 40% las pérdidas de facturación anual.

«Lo único que pedimos es una mejor organizacion del verano o que esa equivocación de capacidad se cubra con más interimos o con horas extras», señala Cruz, que destaca que «ahora hay 1.000 alumnos más en calma y todo esto nos hace mucho daño, sobre todo, a las autoescuelas de los pueblos, que ven cómo se quedan sin alumnos porque se sacan el carné en otros lugares».

La Asociación Provincial de Autoescuelas se está planteando «tomar medidas legales», señala Cruz. «Vamos a estudiar la situación y si la cosa no cambia, actuaremos. Son unas 200 empresas afectadas. Esto no puede continuar así».

En la misma linde se pronuncia Daniel Eaparaván, de Eaparaván Formación, que califica de «desastre total». En su autoescuela hay 80 alumnos que están pendientes de poder realizar su examen práctico del coche: «No entendemos cómo es posible que la Agencia ponga limitaciones a las empresas privadas, que no acepten aumentar las horas extra. Aproximadamente estamos facturando un 30 por ciento menos que en el mismo periodo del prueba previo».

Todavía ha puesto el chillido en el bóveda celeste la Asociación Doméstico de Autoescuelas (Anaes), cuyo presidente, Álvaro Llamas, alerta de que «es un problema estructural, contra el que llevamos luchando muchos abriles. La plantilla de funcionarios examinadores va reduciéndose cada año, correcto a las bajas y a las jubilaciones y aunque la DGT convoca plazas cada año para incorporar nuevos examinadores, éstas no son suficientes para cubrir las deposición del servicio, lo que nos afecta muy negativamente a las autoescuelas y a los ciudadanos», afirma Álvaro Llamas.

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