Un enigma. O directamente un fenómeno. La florecimiento de una nueva vida humana sigue siendo para muchos un universo con detalles aún por descubrir. Cada año 140 millones de mujeres se quedan embarazadas, un período de profundos cambios hormonales y fisiológicos. Y incluso de toda una revolución a nivel neuronal en el cerebro materno que no está proporcionadamente estudiada en el ser humano. Con esta premisa, la Universidad de California ha publicado un estudio en la revista Nature Neuroscience en el que han seguido el corte de una mujer de 38 abriles, una de sus investigadoras, la doctora Elizabeth Chrastil. El estudio ha “cartografiado” los cambios neuroanatómicos de esta investigadora desde tres semanas antaño de la concepción de su hijo hasta dos abriles posteriormente del parto. Durante ese tiempo, en todo el cerebro se observó una disminución pronunciada del comba de materia grisáceo y del bulto cortical, pero incluso se constató un aumento de la integridad microestructural de la materia blanca, el comba de los ventrículos y el fluido cefalorraquídeo.
Cambios hormonales del corte
Como en la adolescencia o en la menopausia, los cambios hormonales que se producen en la mujer durante el corte son enormes. La producción de hormonas, incluidos los estrógenos y la progesterona, puede multiplicarse hasta mil veces. Estas hormonas neuromoduladoras están detrás de muchos cambios en el sistema nervioso central. El estudio señala que “los aumentos gestacionales en la síntesis de hormonas esteroideas impulsan la neurogénesis, el crecimiento de las dificultades dendríticas, la proliferación microglial, la mielinización y la remodelación de los astrocitos”. Estos cambios celulares, concluye la investigación, “promueven el comportamiento cariñoso”. Un ejemplo, se ha descubierto que estos cambios hormonales y en el cerebro pueden “afinar las propiedades de respuesta de las neuronas de galanina en el radio preóptica medial del hipotálamo de los roedores”, lo que conduce a una maduro sensibilidad de las madres a las señales sensoriales de las crías recién nacidas. Así incluso pasaría en las personas.
Investigando cada período de la florecimiento
Este estudio quiere destacar que hasta ahora se habían analizado los “cambios cerebrales durante el corte tomando medidas de muchas personas en un solo momento. Este enfoque grupal no nos dice cómo cambia el cerebro día a día”, explica. Para pasar ese inconveniente, en su trabajo, realizaron 26 escaneos de resonancia magnética (MRI) de una sola persona, la investigadora Chrastil, para tener una imagen precisa de lo que le sucedía en cada período de la florecimiento y incluso antaño y posteriormente.
Una española en el tesina
La investigación ahora publicada es parte del trabajo de Neuromaternal, un consorcio internacional cuyo objetivo es averiguar los misterios del cerebro de la mujer preñada. En ese tesina participa la española Susana Carmona, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, pionera de este tipo de estudios, que para Science Media Centre España ha asegurado que “Los métodos del estudio no solo son sólidos sino incluso innovadores, ya que utilizan una metodología que permite tener una muy buena resolución temporal, es proponer, trazar de forma muy precisa fenómenos mucho variables en el tiempo (…). Es cierto que este tipo de diseños ganan poder estadístico a partir del número de puntos temporales, sesiones, en espacio del número de sujetos. El camino a seguir ahora es evaluar este aberración en un maduro número de sujetos para poder, así, ver qué relación tienen estos cambios con factores que muestran una adhesión variabilidad entre sujetos: tipo de parto, lactación, síntomas de depresión, status socioeconómico, desestimación de maternidad, etc…”. En SMC, por el contrario, el doctor Óscar Villarroya, dirigente de investigación del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, cuenta “Es un estudio relevante, realiza un descomposición de los cambios cerebrales y hormonales pre-post corte por primera vez, pero hay que tener en cuenta que es solo un sujeto y eso hace muy difícil sacar conclusiones y difundir los hallazgos a la población, y mucho menos que se puedan sacar implicaciones prácticas”.
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