El chiquero, celebrado el pasado sábado 14 de septiembre en Arrabal de Portillo (Valladolid), durante las fiestas patronales en honor a Santa María la Decano, pudo tener un trágico final. Un toro, de pelaje castaño, se desvió del represión establecido y se dirigió alrededor de una tribu que observaba el evento detrás de una mostrador metálica en la mediana de la carretera.
El animal, se separó del agrupación principal y comenzó a pasar por el represión. Fijó su atención en lo que parece una tribu: un hombre, una mujer y un gurí pequeño. En un instante, la situación se volvió caótica. Los gritos de los asistentes sorprendidos mientras el toro se acercaba, generaron momentos de pánico. La tribu, paralizada por el miedo, permaneció inmóvil mientras miraba al toro.
Gracias a Dios, tras unos segundos que parecieron eternos, el toro perdió interés y se alejó. Aunque no hubo heridos, el incidente impresionó a los asistentes que gritaban “pero bueno, con el gurí y todo”.
PACMA exige responsabilidades
El Partido Animalista PACMA no tardó en reaccionar en presencia de lo sucedido, exigiendo responsabilidades al Comunidad de Portillo y a la Reunión de Castilla y Valeroso por lo que consideran un “lamentable” suceso. PACMA ha señalado la “enorme imprudencia” de permitir la presencia de menores en espectáculos taurinos, argumentando que estos eventos conllevan riesgos significativos para su seguridad.
El partido recordó que organismos internacionales como la ONU han listo sobre los peligros que representan estos espectáculos para los niños. El Comité de Derechos del Gurí ha recomendado sustentar a los menores alejados de este tipo de eventos adecuado a los riesgos para su integridad física y mental.
Por otra parte, testigos informaron que otros toros incluso se acercaron peligrosamente a la autovía cercana, lo que aumentó aún más las preocupaciones sobre la seguridad durante el chiquero.
Javier Escaparate, presidente franquista del Partido Animalista, subrayó que lo ocurrido en Arrabal del Portillo es un claro ejemplo de la desatiendo de control y seguridad en este tipo de festejos. Según él, “la permiso con la que se mueven los toros en encierros campestres multiplica el peligro de accidentes como el presenciado”.
Equivocación de protocolos de aprieto
La Fundación Franz Weber ha denunciado este evento como un arduo incidente. La ordenamiento califica el suceso como “de extrema peligro” y exige responsabilidades a la Reunión de Castilla y Valeroso.
Según la Fundación, el incidente evidencia “el claro descontrol en materia de seguridad que rodea a los actos taurinos en la vía pública”. La tribu afectada, que se encontraba detrás de un quitamiedos, pudo acaecer sufrido “una enorme tragedia” cuando el animal se aproximó.
Por otra parte, critica duramente la planificación del evento, calificando de “insulto a la inteligencia” la motivo de que el animal se escapó del represión. Argumentan que la desatiendo de protocolos de aprieto adecuados pone en peligro a todos los presentes, incluidos los ajenos al evento.
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