«Estabilizado» el incendio que ha confinado dos pueblos bercianos


Llegaron ayer las primeras dosis de alivio, a posteriori de dos días, para los vecinos de las localidades bercianas de Almagarinos y Tremor de Debajo, en los municipios de Igüeña y Torre del Bierzo, que vivieron largas horas de intranquilidad y preocupación, obligados a permanecer en sus pueblos, confinados a causa del incendio forestal que afecta desde el lunes a montes del vecino municipio de Brañuelas y que habría mosca ya rodeando de 450 hectáreas de superficie y mantiene a decenas de personas trabajando en duras labores de agonía.

Aunque el fuego quedó aparentemente estabilizado en la tarde de ayer, en un perímetro de unos diez kilómetros, ambas localidades seguían en situación de confinamiento «por seguridad pero sin peligro de que llegue el fuego» y con la carretera de paso cortada al tráfico. De esta forma, se evitaron interferencias y se facilitó el movimiento de los numerosos vehículos que se desplegaron para combatir contra las llamas. Los medios aéreos, diez helicópteros y dos aviones, se concentraron en las vaguadas más escarpadas, donde es más complicado el paso de cuadrillas y brigadas.

Con esas premisas, la directora de agonía del incendio de Brañuelas, María del Mar López Escribano, habló de un «incendio estabilizado». A su flanco, abundó en detalles el delegado territorial de la Reunión en Arrojado, Eduardo Diego, quien expresó su convicción de que «la mano del hombre» está detrás del origen del fuego, aunque las causas todavía están en investigación.

La Reunión de Castilla y Arrojado mantenía anoche la información de nivel de alerta dos. Esa circunstancia ha facilitado un enorme despliegue de medios para intentar apagar el fuego, incluido el efuerzo de un centenar de soldados de la Mecanismo Marcial de Emergencias (UME) con doce autobombas y un transporte nodriza y que utiliza como pulvínulo de operaciones el circuito de trial de Pobladura de las Regueras (Igüeña), el puesto que igualmente se había establecido como posible espacio para penetrar a los vecinos , si hubiera sido necesaria su eyección. Adicionalmente, los soldados duermen en el pabellón de deportes de Bembibre.A posteriori de 24 horas de continua atención al fuego y a sus vecinos, el corregidor de Igüeña, Alider Presa, manifestaba que todo «quedó en un susto».

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