una historia de injusticia laboral resuelta en los tribunales


Un trabajador en Tenerife ha vivido una pesadilla doble: crispar gravemente y perder su empleo sin saberlo. Fue despedido mientras se encontraba en coma conveniente a una meningitis neumocócica. Tras varios meses inconsciente, se despertó y descubrió que su empresa le había legado de desvaloración sin su conocimiento. Felizmente, gracias a la intervención de un equipo legítimo especializado, el despido fue notorio improcedente.

El caso, que ha sido resuelto por el Tribunal de lo Social n.º 9 de Santa Cruz de Tenerife, expone una serie de irregularidades en la relación sindical del trabajador. Según los abogados del despacho ‘Iuslaboralistas’, el trabajador había sido contratado en fraude de ley, encadenando contratos temporales de seis meses durante dos abriles consecutivos. Por otra parte, el despido se produjo mientras estaba incapacitado, sin acontecer recibido ninguna carta de despido o comunicación oficial por parte de la empresa.

Enfermedad y despido: rebelión doble

Entró en coma el 1 de mayo de 2023, día de los trabajadores, tras contraer una meningitis neumocócica, una molesto infección bacteriana que afectó gravemente su estado cognitivo. Luego de ocurrir varios meses hospitalizado, primero en el Hospital de La Candelaria en Tenerife y luego en un centro especializado en Gran Canaria, fue legado de incorporación en septiembre de ese año. Sin requisa, su recuperación era parcial, y aún debía someterse a rehabilitación diaria.

Durante este tiempo, la empresa del sector energético en la que trabajaba no solo no esperó a su recuperación, sino que lo despidió sin previo aviso. Fue su hermana quien, al revisar su vida sindical, descubrió que la empresa le había legado de desvaloración el 3 de junio de 2023, casi nada un mes a posteriori de que entrara en coma. La situación empeoró cuando se percataron de que ya había vencido el plazo de 20 días hábiles para interponer una demanda por despido improcedente, según establece el Estatuto de los Trabajadores.

batalla legítimo: razón pese a los plazos

A pesar de haberse excedido el plazo legítimo, los abogados de la víctima decidieron presentar una demanda en octubre de 2023, argumentando que, conveniente a su estado de coma, el plazo debía mantenerse suspendido. Amparados en el artículo 1969 del Código Civil, que establece que el tiempo para la prescripción de acciones comienza cuando es posible ejercitar dichas acciones, los letrados defendieron que el trabajador no había tenido la posibilidad de pedir antaño conveniente a su incapacidad absoluta para hacerlo.

Este argumento, respaldado por doctrina del Tribunal Supremo, fue esencia para que el Tribunal admitiera la demanda y diera punto a la testimonio de improcedencia del despido. La empresa, al investigar su error, accedió a remunerar una indemnización de poco más de 3.000 euros.

Contratación en fraude de ley

Por otra parte de la infracción del derecho a pedir el despido, el caso todavía puso de relieve las malas prácticas laborales que sufrió durante sus abriles de trabajo. Según los abogados, había sido contratado en fraude de ley mediante la concatenación de contratos temporales que no respondían a las deyección reales de la empresa. Esta situación debía acontecer derivado en un resolución indefinido, lo que reforzó la improcedencia del despido.

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Humo procedente de la explosión en la zona de los hechos

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