Si quieren matarme, yo estoy aquí


El periodista de Espejo Conocido, Javi Fuente, se ha adentrado en el arrabal de Rocafonda, aquel que reivindica Lamine Yamal en cada una de sus celebraciones de gol, en las que representa con las manos los números tres, cero y cuatro. ‘304’ son las últimas cifras del código postal del arrabal en el que ha vivido toda su vida, con el que siente un gran tradición y forma parte de su identidad como persona y futbolista. A pesar de ser en el que la sino del Barça se ha criado, ahora solo su abuela vive allí conveniente a problemas de inseguridad.

Mounir Nasraoui, el padre de Lamine Yamal, se vio envuelto en una pelea que finalizó con tres puñaladas que lo llevaron al hospital. Vecinos de Rocafonda aseguran que el padre de Yamal ya se fue del arrabal cuando la éxito de su hijo comenzó a alcanzar un masa considerable, desde entonces a él y al resto de su comunidad cada vez les reconocía mucha más clan.

Otros vecinos del mismo arrabal barcelonés incluso añaden que todo este odio a Lamine y a su padre comenzó a raíz de que el zagal eligiera defender la camiseta de España en punto de enfundarse la camiseta de la selección marroquí. Recibieron acoso de sus propios paisanos porque “fue como una traición”, explican.

Acoso de sus paisanos porque “fue como una traición”

No obstante, a raíz de los últimos acontecimientos el Fútbol Club Barcelona ha optado por ponerle un escolta privado, aunque ni Lamine Yamal ni su padre vivan en el arrabal.

El periodista del software localizaba a Fátima, abuela de Lamine Yamal, y hablaba con ella en monopolio. Sentada en un parcialidad de una de las calles de su arrabal ‘de toda la vida’, Fátima asegura que le da pena pero que se va a ir del arrabal porque los que apuñalaron a su hijo incluso la amenazaron a ella. Fátima tiene el susto metido en el cuerpo desde que su hijo fue apuñalado. “Ahora con esto de Mounir yo no puedo manducar. Está cerrado estómago mío de la impresión, del susto”, sostiene. En cuanto a los conflictos que ocurren en el arrabal, la abuela de Yamal asegura que dependen porque “de nosotros incluso tienen envidia”.

“Ahora con esto de Mounir yo no puedo manducar. Está cerrado estómago mío, de la impresión, del susto”

Aunque Fátima abandonará el arrabal próximamente, se muestra firme con respecto a las amenazas que recibe: “Si quieren matarme, yo estoy aquí”. A posteriori de muchos primaveras primaveras sacando delante a una comunidad humilde, la abuela de Lamine Yamal lamenta estar casi obligada a marcharse, totalmente en contra de su voluntad. Pero la presión de unos cuantos indeseables les hace sufrir las negativas consecuencias de la éxito de su nieto.

Agresor amputación

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