El presidente del gobierno ha comparecido en el Congreso, posteriormente de perder una votación más en el parlamento. Y posteriormente de presentar el plan para intervenir en los medios de comunicación, como dijo textualmente el ministro Urtasun. Minutos ayer de esa votación, los socialistas llamaron con necesidad a Moncloa para que el presidente acudiera rápido al hemiciclo, porque su voto era imprescindible para que se aprobara una iniciativa sobre vivienda. En ese momento, no sabían que Puigdemont iba a dar a sus diputados la orden de elegir en contra.
Sánchez se presentó a elegir en el hemiciclo, y perdió. Horas posteriormente, el presidente estuvo en la cámara para insistir en que va a agotar la reunión, a pesar de sus derrotas y de que resulta evidente que ya no hay una mayoría parlamentaria que apoye al gobierno en todas las votaciones.
Pedro Sánchez vive al día. Hoy gestiona los asuntos de tal modo que le permitan seguir en el poder mañana. Y mañana gestionará los asuntos de tal modo que le permitan continuar pasado mañana. Y, de momento, resiste. Ya no está claro que se mantenga la mayoría parlamentaria que hizo presidente a Pedro Sánchez. Lo que sí está claro es que esa mayoría ha dejado de ser un agrupación compacto, si es que alguna vez lo fue.
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