Ana es pediatra del hospital de San Juan en Alicante. Cuenta que los episodios de racismo pasando consulta forman parte de su día a día como facultativa. A diario se encuentra con lo que ella denomina como ‘micro racismos’ o racismo subconsciente. “A mí me han llegado a proponer a porción en una conversación si hablo castellano cuando es lo que he estado hablando los últimos 10 minutos”.
Recuerda que en otra ocasión hubo unos padres que no querían que atendiera a su bebé en el hospital por el color de su piel: “Dijeron: “Esa negra ni es médico ni es falta“, y curiosamente eran unos pacientes de origen rumano que eran más oscuros que yo”, recuerda. “La mayoría son comentarios sin intención ataque”, apunta.
“Existe mucho clasismo en la sociedad”
Percibe que la disposición de la familia es distinta si la ven con la albornoz de médico que si la ven por a calle o sale en chándal a pasar, poco que atribuye al clasismo que aún impera en la sociedad. Su padre todavía es médico y cuando empezó a desempeñar fue víctima de esos mismos gestos racistas. “Mi padre es aciago y mi matriz es blanca y en los abriles 70 era otra época”, reconoce. Cuenta que cuando iba a los pueblos a pasarse enfermos había mucha familia que no quería que le atendiese él.
Cree que aunque no haya muchas personas racistas sí existen y hay que guardar esta tendencia. Pone como comparación el caso del cáncer ya que aunque solo sean unas pocas las células afectadas, hay que vigilarlas y que se pueden existir al resto del cuerpo y eso se puede extender.
Los datos determinan que existe un incremento de los delitos de odio en los jóvenes. En 2023 se registraron 2.582 casos de racismo en los jóvenes según datos del Profesión de Igualdad.
