El presidente del Congreso, Francina ArmengolYa ha vivido tantos plenos como polémicas, en un inicio de legislatura tan convulso como los anteriores y que le ha desbordado. Ayer dedicó más de diez minutos a discutir con los miembros de la Mesa al término de la tercera y última sesión del debate de investidura que tuvo lugar. Alberto Núñez Feijóo como candidato. Hasta que decidió comunicar el resultado de la votación, anulando el voto erróneo del diputado de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, que dijo ‘sí’ desde su escaño, y así lo afirmó la secretaria cuarta, la popular Carmen Navarro, que en En ese momento llegó el momento (los secretarios se turnan para hacerlo) de llamar a los parlamentarios a votar. Su decisión provocó una airada respuesta del Partido Popular, que el vicepresidente segundo del Congreso y diputado popular, José Antonio Bermúdez de Castro, no dudó en calificar al final del pleno de “muy mal precedente”.
En principio era el día más fácil de los tres, pero todo se complicó tras el fracaso del diputado barcelonista Pujol. A pesar de ser totalmente irrelevante para el resultado final (si se hubiera apoyado a Feijóo se habrían quedado en 173, todavía a tres de lo que necesitaba), Armengol consiguió enfadar a todos. Al PP, que recibió el resultado de la votación con fuertes vítores desde la bancada, especialmente claros en algunos de sus principales dirigentes, como el vicesecretario de Acción Institucional y diputado por Valencia, Esteban González Pons, sentado en la segunda fila del Grupo Popular, muy cerca de Feijóo; al propio Pujol, que no vio representado su voto e incluso a los diputados de izquierdas, que según diversas versiones hubieran preferido que el voto erróneo se hubiera contabilizado como un ‘no’.
Según fuentes del PP en la Mesa, el presidente era en principio partidario de contar ese voto como un ‘sí’ más, pero a medida que avanzaba la conversación en la Mesa, que se prolongaba durante aproximadamente un cuarto de hora, mientras 350 diputados permanecieron en sus escaños, cambió de opinión. Máxime cuando intervino el abogado mayor, Carlos Gutiérrez, a quien se le vio intercambiando extensamente impresiones con el presidente y el resto de miembros del órgano de gobierno del Parlamento. No es esta la versión que dan fuentes cercanas a Armengol, que aseguran que se limitó a intercambiar impresiones con el secretario Navarro, con el resto de miembros de la Junta y con el abogado superior, antes de tomar una decisión final, que si creemos Esta versión hubiera sido salomónica, ni un sí ni un no, sino un voto nulo. Y tampoco lo es el que ofrecen desde Sumar, donde tachan de “mentira” que sus representantes en la Junta opinaran a favor de que el voto de Pujol constara como un ‘sí’. “Hemos pedido en todo momento que se declarara desierto”, afirman.
Ya en el mismo pleno, Armengol se vio envuelto en un rifirrafe con el portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra, que le pidió que retirara del ‘Diario de Sesiones’ las expresiones denigrantes de la diputada de ERC, Teresa Jordà, contra las instituciones del Estado. El independentismo había atacado al Rey llamándolo “ladrón”, pero Gamarra centró su reivindicación en la forma despectiva con la que se refería a los agentes de Policía y Guardia Civil, llamándolos “piolines”. Armengol aceptó retirar esa expresión y aprovechó para hacer lo mismo, dijo, con “los insultos proferidos a otras instituciones del Estado, también al presidente del Gobierno”, señaló mientras Sánchez asentía.
Más controversias
La semana pasada la legislatura comenzó con otra polémica, dado que al debatir la reforma del Reglamento para poder utilizar las lenguas cooficialesEl gallego, el catalán y el euskera -finalizando con el castellano como lengua en la que se comunicaban los diputados de todas las provincias- ya se utilizaron en la primera sesión del martes 19 de septiembre, sin que aún se hubiera aprobado la reforma.
La presidenta empezó su carrera aplicando la reforma de las lenguas cooficiales antes de reformar la normativa
E incluso la sesión constitutiva de las Cortes Generales, celebrada el 17 de agosto, donde su presidencia y la mayoría de izquierdas en la Mesa fue posible gracias al apoyo de todos los grupos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, a los que Sánchez ofreció un perfil muy cerca ideológicamente (Armengol participó activamente en una asociación de estudiantes separatistas en su juventud en Barcelona.) tampoco estuvo exento de momentos controvertidos. Armengol ya proclamó entonces su intención de que se comenzaran a utilizar las lenguas oficiales en Cataluña, Galicia y País Vasco, sin esperar ni a la reforma del reglamento ni a la primera reunión de la nueva Junta.
El presidente del Congreso Regresará el próximo martes a La Zarzueladonde el Rey le informará de su decisión tras la nueva ronda de consultas con los partidos políticos, de la que muy probablemente Sánchez saldrá como candidato designado.