Fundación Bancaja presenta en Valencia la exposición Picasso y la modelo. El perfil de Jacqueline


La Fundación Bancaja ha presentado esta mañana en Valencia la exposición Picasso y la maniquí. El perfil de Jacqueline, que revisa la presencia constante de la mujer como maniquí en la producción de Pablo Picasso, centrándose en la importancia que Jacqueline Roque, su última mujer y musa, tuvo en su vida y en su obra desde que la conociera en 1952 y durante toda su convivencia hasta la crimen del pintor en 1973. La presentación ha contado con la billete del presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, y los comisarios de la exposición, Fernando Castro y Laura Campos.

La exposición ofrece un reconvención por más de 250 obras que revelan la representación recurrente que Picasso realizó de la temática del pintor y la maniquí en óleos, obra gráfica, dibujos y libros ilustrados, mostrando la obsesión picassiana por la meta-pintura y la fascinación sensual del disputa con la maniquí.

Las obras presentadas proceden de la colección de obra gráfica de Picasso perteneciente a la Fundación Bancaja, yuxtapuesto con óleos y dibujos del Museo Franquista Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Picasso de Málaga, la Fundación Picasso Museo Casa Originario, ABANCA, la Fundación ICO y Pasadizo Guillermo de Osma.

Conexo con las obras de Picasso, se exponen fotografías de los archivos de Edward Quinn y David Douglas Duncan, que muestran a Picasso en su entorno creativo y usual durante los 20 primaveras de relación del pintor con Jacqueline, con peculiar protagonismo de las residencias y talleres que compartieron en Cannes (La Californie) y Mougins (Notre-Dame-de-Vie).

La mujer fue un motivo constante en la obra de Picasso, que fue capaz de enterarse infinidad de emociones de las mujeres con las que convivió, llegando a realizar más de 400 retratos de la que fue su musa y segunda esposa durante las dos últimas décadas de su vida. Sus representaciones de la mujer no se limitan a una mera reproducción de la sinceridad, sino que se sumergen en una profunda advertencia sobre la identidad, la sexualidad y la condición de la mujer en la sociedad.

La imagen de Jacqueline comenzó a tomar protagonismo en el imaginario picassiano a partir de 1954. El pintor desplegó frenéticos ensayos tomando el semblante de Jacqueline como pretexto, sometiendo su perfil a extraordinarias metamorfosis, siendo capaz de repetir el motivo para conseguir singulares diferencias.

Picasso emplea diversas ópticas para plasmar el rostro de Jacqueline, recurriendo a formas primitivistas, a la geometría post-cubista o al juego con el clasicismo. Las revisiones históricas además permiten a Picasso la representación de su mujer en las recreaciones que realiza de algunos de los pintores que más le influyeron, como Courbet, El Greco, Velázquez, Rembrandt, Delacroix, Ingres, Manet, Van Gogh o Matisse.

La importante lado de Picasso como impresor está presente en la muestra con obras de la Suite 347 y la Suite 156, yuxtapuesto con linóleos y una decena de libros ilustrados por el comediante, entre los que se encuentran Carnet de la Californie, Le Carmen des Carmen y Les dames de Mougins.

Con motivo de la muestra se ha editado un catálogo con la reproducción de obras que forman parte de la exposición y textos de los comisarios. Internamente de su software de mediación cultural y artística, la Fundación Bancaja ofrece visitas comentadas para divulgado caudillo y grupos.

La exposición Picasso y la maniquí. El perfil de Jacqueline puede visitarse en la sede de la Fundación Bancaja en Valencia (Plaza Tetuán, 23) del 20 de septiembre de 2024 al 2 de marzo de 2025.

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