La población de O Barco de Valdeorras da síntomas de recuperación, tras tocar fondo en enero de 2023, cuando el número de habitantes se quedaba en 13.277, casi mil menos que los 14.213 de 2009 -año en el que alcanzó el viejo registro-, según los datos del Instituto Franquista de Estadística (INE). El padrón provisional que maneja el Concello barquense contabilizaba ayer 13.432 habitantes, tan solo uno menos de los 13.431 de 2020.
Sectores como el de la pizarra, con 2.400 empleos directos y una gran escazes de cubrir las jubilaciones, precisan mucha mano de obra. La inmersión de maquinaria en tareas que antiguamente realizaban los operarios, como sucede con las cortadoras y labradoras, no disminuye esta dependencia de las plantillas, según indicaron fuentes sindicales. Igualmente indicaron que la hostelería y la industria relacionada con la automovilismo son otras actividades que parecen estar detrás del desembarco de extranjeros en la villa barquense. En todo caso, las ofertas laborales lanzadas desde Valdeorras encontraron respuesta en unos colectivos que acreditan la presencia de 48 nacionalidades distintas, por otra parte de la española.
Esta arribada de personas procedentes de otros países posibilitó que entre enero de 2023 y este mes de septiembre el número de extranjeros aumentase desde 1.481 hasta 1.794, mientras que el de españoles seguían el camino inverso, bajando de 11.884 a 11.638.
Colombia y Perú
Los colectivos que más aumentaron proporcionalmente su presencia en el concello fueron el colombiano y el peruano. Ambas nacionalidades casi duplicaron su representación en el padrón provisional en los últimos 20 meses, pues pasaron de 178 a 333 empadronados en el caso de los llegados de Colombia y de 36 a 64 los procedentes de Perú. Venezuela igualmente subió su billete, aunque de beocio forma, al descolalr desde 108 a 155 personas. Igual sucedió con los inmigrantes marroquíes, que de 149 pasaron a 177.
A su vez, el comunidad extranjero más incontable, el que llegó desde la vecina Portugal, se mantiene prácticamente igual, pues sólo subió en 2 empadronados, situándose en 462.
En Cáritas de O Barco conocen perfectamente los problemas y las nacionalidades de los extranjeros que llegan a O Barco. Recientemente, son dos los problemas más graves que afrontaron, el de la vivienda y el de los alimentos.
Ya en remisión a las nacionalidades de los que más recurren a sus servicios y según los últimos datos consultados, que datan de finales de abril, los colectivos que necesitaron en viejo medida de sus servicios fueron, por este orden, los de nacionalidades española, colombiana, marroquí y venezolana.