Los incidentes diarios protagonizados por armas blancas tienen un “punto de insoportable” por otra parte de la emergencia que generan, advirtió ayer el director común de la policía catalana, Josep Lluís Trapero, durante la presentación del nuevo plan clave que pretende terminar con la impunidad del que sale de su casa con una cortaplumas encima, por si fortuna.
Un plan que tiene tres columnas, la operativa, la preventiva y la administrativa, y que la consellera de Interior, Núria Parlon, ha asegurado que contará con la billete de las policías municipales y con la seguridad privada. Los jefes de las policías locales se enteraron del plan ayer mismo por los medios de comunicación y tendrán que esperar a que se les convoque y detalle, para diseñar esos dispositivos conjuntos. Mientras tanto, guardias urbanas como la de Barcelona, seguirán con sus controles quirúrgicos en el espacio manifiesto para sacar de las calles el anciano número de armas potenciales peligrosas. Unos controles que se intensificarán estos días con motivo de las fiestas de la Mercè.
La policía se centrará en el transporte manifiesto, espacios públicos y cerca de los centros escolares
A partir de ya, los Mossos d’Esquadra se encargarán de identificar los puntos sensibles en los que ir a averiguar esas armas blancas. El comisario principal Miquel Esquius citó los parques, los alrededores de los establecimientos de ocio noctámbulo, y aseguró que se actuará con distinto intensidad en el transporte manifiesto y en los entornos de los centros escolares.
“Pedimos paciencia a los ciudadanos porque nuestra intención es que esas inspecciones se visualicen”, indicó Trapero.
Unas armas prohibidas que serán intervenidas y la persona que las lleve sancionada. Y aquí viene la segunda pata del plan. Parlon ha anunciado que se reforzará la Dirección Genérico de Sucursal de Seguridad (DGAS) con la contratación de seis personas que se sumarán al equipo contemporáneo para acelerar la tramitación de unas multas que en el periodo de Joan Ignasi Elena un 80% no se llegaron a cobrar porque prescribieron.
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Trapero ha anunciado otro cambio importante. Hasta ahora, todo aquella persona que se sancionaba por la tenencia de un armas blanca se le multaba con 600 euros. “Vamos a utilizar el pericón que ya nos permite la norma y sancionar con más cuantía según la formalidad”. Es proponer, pagará más, por ejemplo, aquella persona que tiene referencias por posesión de armas blancas, o por su uso en episodios violentos.
En cualquier caso, Parlon ha dejado claro que el contemporáneo ámbito normativo y parlamentario es suficiente para ser “contundentes” en este plan contra el uso y la tenencia de las armas blancas. Trapero fue un poco más allá y advirtió de que las reformas del Código Penal “no son las soluciones” a todos los males y que había que sacar el mayor rendimiento a lo que el contemporáneo ámbito normativo permite.
Otro pájaro importante de este nuevo plan es canalizar y servirse toda la información valiosa que esas intervenciones de armas blancas ofrezca a los policías. Para ello, se están elaborando unos nuevos formularios mucho más detallados que permita a los analistas dar respuestas cuando la familia se pregunta: “¿Por qué ahora hay más armas blancas?” o “¿Quién está saliendo de casa con un armas blanca?”
“Las administraciones somos incapaces de proponer el por qué de las cosas. Y esa errata de respuestas solo podremos resolverla generando inteligencia que nos ayude a entender los fenómenos para resolverlos y prevenirlos”, reflexionó Trapero.
El equipo de Interior está convencido de que el plan funcionará. Y para ello implicarán a toda la estructura policial. Sacar las armas blancas de la calle no será solo responsabilidad de las patrullas de seguridad ciudadana. “Es una prioridad de los Mossos y estarán implicados todos los mossos”, advirtió el director común.
Miquel Esquius recordó algunas cifras del bombeo de incautaciones que tanto los Mossos como las distintas policías municipales están realizando en Catalunya: la media es de más de 25 armas incautadas al día.
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