Un nuevo hogar para ‘perros policía’


La singularidad de ‘Rudy’ son las drogas. La de ‘Limatón’ o ‘Nemo’, los explosivos. Olfatear, rastrear y encontrar. Agentes de cuatro patas, son tres del montón de hasta 21 sabuesos ‘policía’ que acaba de mudarse a la nueva sede de la Mecanismo de Guías Caninos de la Mando Superior de Policía de Castilla y Arrojado, en Valladolid. Siempre cerca de sus respectivos agentes, nueve hombres y mujeres que trabajan ‘mano a pata’ con ellos, son cruciales para tareas de búsqueda de estupefacientes o bombas, pero todavía para labores de rescate y socorro.

Hasta ahora, la ‘manada’ de la región dormía en la cojín de Villanubla, pero en delante lo hará en las nuevas instalaciones, que cuentan con treinta caniles, un par de despachos y varias salas polivalentes para la mecanismo, adicionalmente de espacios al brisa soberano en los que los canes completan su educación. Sean pastores alemanes, belgas malinois, bracos, perros de aguas o springer spaniel, los agentes aseguran que, aunque cada uno destaque en poco, ellos les entrenan «en todo», y prueba de ello son las cuñas para enseñar a morder, las mangas o las rasquetas, que no andan acullá para que los policías puedan enseñarles a trabajar juntos. Pero fundamentalmente «esta es su cojín, donde descansan, tienen agua y comida».

Adicionalmente, parte de las pruebas con las que preparan a estos policías peludos las organizan en comisarias, en la calle, en la Feria de Muestras de Valladolid o en el depósito de vehículos «para que se acostumbren a que haya multitud o muchos objetos», explica Pedro, uno de los guías caninos. De hecho, confirman sus compañeros, los perros por lo común «son cariñosos» y «tienen que ser sociables porque en un registro hay mucha multitud».

Imagen principal - Visita del ministro de Interior a la nueva sede de guías caninos. Uno de ellos, Pedro, posa con 'Zar'.
Imagen secundaria 1 - Visita del ministro de Interior a la nueva sede de guías caninos. Uno de ellos, Pedro, posa con 'Zar'.
Imagen secundaria 2 - Visita del ministro de Interior a la nueva sede de guías caninos. Uno de ellos, Pedro, posa con 'Zar'.
Recepción del ministro de Interior a la nueva sede de guías caninos. Uno de ellos, Pedro, posa con ‘Zar’.
Iván Tomé / C. R. M.

«El trabajo es lo que más une, les hace obedientes y equilibrados», refiere Pedro, que cuenta que por lo común, cada orientador tiene dos perros a su cargo. «El vínculo es importante porque cada perro aprende en cojín a unos premios y hay algunos que sólo trabajan por dar elegancia a su orientador», indica. «Para nosotros, ellos son lo más, pero para ellos, nosotros somos todavía más importantes; somos los que les cuidan, les enseñan y están ahí siempre», sonríe.

En el caso de Pedro, el tándem lo completan ‘Gramo’ y el hijo de este, ‘Zar’. La raíz del hijo todavía estaba adiestrada, pero un problema de apariencia la apartó del servicio, cuenta mientras acaricia al investigador y le indica que se siente. ‘Turrón’, ‘Mel’ o ‘Logan’, ansiosos por ver qué pasa, se remueven impacientes en sus caniles, que son sencillos pero cuentan cada uno con su terraza.

«Yo siempre quise tener perros, y como no me dejaron, aquí estoy», bromea el agente, que se dice parte de una mecanismo particularmente vocacional que recibe cierta formación específica para cuidar a estos animales. «Nuestra decano satisfacción son sus resultados», reconoce.

Durante la inauguración, ha sido precisamente ‘Zar’ el que ha hendido la demostración de habilidades. ‘Rissi’ ha completado una pista de agilidad y ‘Marty’ ha mostrado que los deberes estaban hechos: de entre varias maletas, ha sabido identificar aquella cargada con explosivos.

Sabuesos «para guardar vidas»

La inauguración de este nuevo hogar se ha recibido este viernes con un musculoso dispositivo policial, en firmes y con un coro de ladridos. «Estos perros no están entrenados para concursos, son perros que salvan vidas», ha señalado el ministro de Interior, Fernando Extenso-Marlaska, que ha destacado la «extraordinaria tarea» de «este equipo inseparable y de enorme poder» adicionalmente de su propia «ilusión» por venir, tanto en lo profesional como en lo personal, por su «notoria y conocida gusto por los perros».

La infraestructura que en esta ocasión abre sus puertas es, según ha inscrito, «pequeña pero importante». Si allá por 1945 se creó en Madrid la primera Sección de Guías Caninos de España, con ocho pastores alemanes -ha rememorado Extenso-Marlaska- en la contemporaneidad, esta sección policial cuenta con medio millar de canes. «Quiero emplear para trasladar mi agradecimiento a todos los agentes de la comunidad autónoma por contribuir a que España sea uno de los países más seguros del mundo», ha subrayado, para añadir que al ocupación lo que «le corresponde» es dar más efectivos y más medios. Por ello, ha aplaudido que Castilla y Arrojado tenga ahora un diez por ciento más de efectivos que en 2018.

Entre las autoridades presentes todavía ha estado el corregidor de Valladolid, Jesús Julio Carnero, que ha agradecido la punto de la Policía Franquista y ha recordado que próximamente se le entregará la Medalla de Oro de la ciudad como símbolo de ello. Igualmente ha reiterado su «enhorabuena» a los guías caninos. Para Carnero, en días como hoy, los canes se demuestran «el mejor amigo del hombre y el peor enemigo de los hombres malos».

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