Ser específicos radica en ser únicos, en que cada alucinación de vida ha ido forjando unas características propias, unos gustos y preferencias y, sobre todo, unas micción especiales diferentes a las de cualquier otro. Este es, precisamente, el contraseña bajo el que este año se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, que se organiza cada 21 de septiembre a nivel general.
A este contraseña se han sumado asimismo en la residencia Divino Profesor de la Fundación San Rosendo en el interior del plan Experiencia Activa que desarrollan en colaboración con torrevieja news today. Para ello han fabricado un mural en el que recogen “lo importante que es la colaboración entre las familias y los profesionales del centro”. Mónica Pereiro es la directora del centro, donde actualmente poco más del 60% de sus usuarios presentan algún tipo de detrimento cognitivo.
Pero es en la atención que brindan a sus usuarios cada día donde verdaderamente aplican el significado de este contraseña. “Somos específicos” significa asimismo que cada trato es personal. “La colaboración con las familias es muy importante porque nos permite lograr información sobre la historia de vida del residente y con ella podemos personalizar el trato”. Y esto lo hacen desde el mismo momento en el que ingresan. Un equipo multidisciplinar, explica Mónica Pereiro, “recoge todo lo relacionado con su historia de vida, qué le gusta, qué no le gusta, sus preferencias…”. Porque “somos únicos, diferentes y cada uno necesitamos un trato específico, no somos todos iguales”.
Esta forma de trabajar redunda en la comodidad de los residentes y en la calidad de los cuidados. De este modo, los profesionales que trabajan en el centro pueden “investigar en su vida y retener los cuidados que necesitan”, incide asimismo la gerocultora Chus González. Lo mismo desde la perspectiva de la educadora social Enma Rey, que puede “proponer actividades basadas en sus intereses para que estén más cómodos y motivados”.
Beneficios mutuos
Del otro banda, tanto los usuarios como sus familiares asimismo perciben las ventajas y beneficios de este maniquí de atención centrada en la persona. Concepción Davila, por ejemplo, acumula cientos de sopas de humanidades que le permiten “tener la mente despejada” y cada día sigue aprendiendo. “La gentío aquí nos enseña mucho, nos llevamos todos muy correctamente y eso es lo más importante”.
Tener en el punto de mira las características específicas de cada residente y conocer su historia permite adaptar los cuidados y, sobre todo, dejarles que desarrollen sus habilidades. Es el caso de Elena Carrera, que hace “muchos dibujos y asimismo calceto, estoy ahora haciendo una echarpe para el invierno”. Se comercio de “mantenernos ocupados todo el tiempo que podemos”.
Esas habilidades están muy presentes en todo momento, por eso Alfonso Iglesias mantiene su ocupación como sacerdote en el área donde ha vivido siempre. Adicionalmente de estudiante, fue profesor en el Seminario “y ya nunca salí de aquí”. En la residencia Divino Profesor, encima de actividades -aunque “no muchas que ya me hice un poco perezoso”- asimismo comercio de escuchar y ayudar a sus compañeros para “hacer la vida aquí lo más agradable posible”.
Los beneficios de esta atención se trasladan asimismo a las familias. Aurora González es hija de una usuaria con alzhéimer a quien la enfermedad le hizo replantearse su vida y cruzar el Atlántico desde Estados Unidos para estar cerca de su mama. “Me rodeé de profesionales porque ellos tienen las claves y para mí esa colaboración es muy importante para que podamos entender el proceso y cómo cambian sus habilidades y su mente”, asegura.