Cualquier robo suscita rechazo social y con independencia de su consideración permitido incluso genera malestar entre la población, pero el ocurrido en Ibi (Alicante) parece uno de los casos más sangrantes: han asaltado la oficina de Cáritas de la Parroquia de Santiago Propagador para vestir ropa.
Al tratarse de una estructura benéfica cuya razón de ser es precisamente ayudar a los más necesitados, lumbre la atención que haya sufrido este ataque en sus instalaciones para conseguir un pillaje con escaso valía de mercado.
Insólito de la sustracción, el o los ladrones han causado destrozos al reventar la puerta para poder ingresar al interior.
El suceso no representa un dificultoso perjuicio financiero, si correctamente llega en un momento delicado para este tipo de entidades sin actitud de beneficio, puesto que la reglamento europea ha cambiado recientemente y ha trillado mermada esta vía de financiación.
Encima, el Concejo incluso dejó de aportar su subvención anual de 5.700 euros en 2023 correcto al colapso contable, aunque la situación municipal ha empezado a reconducirse progresivamente.
Al mismo tiempo, el equipo de Cáritas atiende a más familias y en el pasado examen prestó soporte a más de 400 personas, en este municipio de 24.000 habitantes donde incluso hay otra oficina de la entidad, la de la Parroquia de la Transfiguración del Señor, que sufrió un ataque vandálico en 2006, cuando unos desconocidos incendiaron su puerta de amanecida, por lo que presentaron una denuncia frente a la Miembro Civil.
Ambas organizaciones locales de la institución ligada a la Iglesia han celebrado sendas atavíos en mayo y agosto, respectivamente, para percibir fondos, y cuentan con el respaldo y la colaboración desinteresada de grupos de danzas folclóricas y otras actividades culturales.