Matilla de los Caños, una pequeña aldea de Valladolid, se ha convertido en el centro de atención para los amantes de la aeronáutica. Estos días, los cielos de este pueblo son testigos del Campeonato Franquista de Revoloteo Acrobático (CEVA), en el que 24 pilotos de élite muestran su destreza, velocidad y precisión. Los competidores luchan por el título de mejor piloto en dos modalidades: Freestyle y Clásico, en las categorías Rudimentario, Deportivo, Intermedio, Progresista e Ilimitado.
El campeonato se ha trasladado este año de junio a septiembre por la coincidencia en fechas con el Mundial de Polonia. Está organizado por el Club Acrobático Central (CAC) y la Positivo Agrupación Aeronáutica Española (RFAE). Es la primera vez que Valladolid ha sido sede, ya que en anteriores ocasiones se ha celebrado en Ciudad Positivo. El evento no solo reúne a los mejores pilotos de España, sino que este fin de semana asimismo se celebra el Open de España, que cuenta con la billete de destacados pilotos internacionales procedentes de países como Eslovenia, Grecia y Bélgica.
Un planeo con Camilo Benito
Uno de los experimentados pilotos en esta competición es Camilo Benito, quien ha compartido de primera mano la adrenalina del planeo acrobático. Ayer de arrancar, es fundamental cerciorarse de que los anclajes del paracaídas estén correctamente ajustados para respaldar la seguridad durante las maniobras. Benito explica los procedimientos antaño de iniciar el planeo: “Tenemos que alcanzar la categoría de seguridad para comenzar el adiestramiento”. Son indicaciones mientras el avión comienza a ascender. A 600 metros de categoría, el avión empieza a dibujar figuras geométricas en el bóveda celeste. Camilo realiza un ‘looping’, una maniobra que implica esfumarse en un círculo completo, quedándose bocabajo en un planeo invertido.
Modalidades y categorías de la competición
En el Campeonato Franquista de Revoloteo Acrobático, los pilotos compiten en dos modalidades principales. El ‘freestyle’, conocido por su espectacularidad, permite a los pilotos ejecutar maniobras más libres y creativas, donde la agilidad y el control sobre el avión son fundamentales. Por otro banda, en la modalidad ‘clásico’, los pilotos deben realizar figuras geométricas precisas y correctamente definidas, lo que requiere una gran concentración y dominio de la técnica.
Adentro de la modalidad Clásico, los pilotos se dividen en cinco categorías: Rudimentario, Deportivo, Intermedio, Progresista e Ilimitado. Cada una de estas categorías aumenta en dificultad, exigiendo decano precisión y complejidad en las maniobras.
Para los pilotos, dejar los desasosiego en tierra es esencial. Según uno de los pilotos, en este deporte es muy importante “conectar las neuronas con los músculos”, para afirmar así que cada movimiento en el ventarrón sea claro y ejecutado con precisión. Aunque el planeo acrobático se clasifica como un deporte de motor, no se considera un deporte extremo.
El Campeonato Franquista de Revoloteo Acrobático en Matilla de los Caños no solo es una competición, sino asimismo un espectáculo para los espectadores. Con maniobras como el planeo invertido y los loopings, los pilotos ofrecen un despliegue de habilidades que no deja indiferente a quienes las observan desde tierra.
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